jueves, 28 de septiembre de 2017
Extremity - Extremely Fucking Dead
Año: 2017
Sello: 20 Buck Spin
País de origen: USA.
¿Será que estoy bajando los brazos y estoy comenzando a ser menos exigente? Miren, en 1993 yo hubiera escuchado éste disco, sin lugar a dudas lo hubiera hecho y lo hubiera disfrutado. Pero, ante el alud de discos de Death Metal de altísima factura, el debut de Extremity no hubiera sido considerado por mí como una pieza digna de ser elegida y ubicada entre los mejores discos de dicho año (o de cualquier año de la Era Dorada del Death Metal). Sin embargo, hoy me veo obligado a ponerlo entre los mejores discos del 2017 y la ausencia de grandes ediciones tiene mucho, pero mucho que ver. Y con esto no quiero decir que el primer opus del cuarteto de Oakland, California, carezca de virtudes en cantidades suficientes como para asegurarse un lugar en mi lista de Lo Mejor del 2017; pero no pasa de ser un -muy- buen disco del revival death metalero que comenzó hace unos 10 años, y que da sobradas muestras de agotamiento. Y debo insistir en algo: el hecho de decir y repetir que es un muy buen disco de Death Metal. De Death Metal gutural, podrido, clásico y sin ambages. Es casi imposible no elegir a "Extremely Fucking Dead" como una de las piezas más destacables del año en curso, hay varios temazos acá que me lo posicionan -al disco- entre lo más granado de la floja cosecha del año que se va. Pero...¿pero? Sí, pero no deja de ser un ejercicio nostálgico. Ok, muy bien hecho, casi sin fisuras, perpetrado por gente que la tiene clara en todos los detalles, pero ejercicio nostálgico al fin.
Alguno dirá que me contradigo y probablemente tenga razón. Que en los primeros 90's este álbum no hubiera pasado del status de disco de culto (con suerte), pero hoy sí que puede ser considerado un muy buen trabajo, aunque en realidad no es más que nostalgia pura. Bien, esas son las sensaciones que experimento mientras lo escucho una y otra vez. Y mientras lo escucho digo "puta madre, qué bien suenan!". Claro, con músicos como los que integran la banda, difícil es que el grupo no suene bien. Es que el guitarrista es Shelby Lemo, actualmente en Vastum, banda con la cual Extremity guarda muchas similitudes. Además de las seis cuerdas, Lemo mete su podrida voz como contraste al tremendo vozarrón de Marissa Martinez-Hoadley, reconocida transexual que hiciera de las suyas en los recordados Cretin, quien fuera integrante de Repulsion entre 2011 y 2013, y que también se uniera a Exhumed en 1995 como miembro en vivo (bajo el nombre de Dan Martinez). Además de su bestial voz, Marissa toca la guitarra, por lo que hay que decir que entre ella y Lemo conforman una dupla en todo aspecto.
Lo mismo podemos decir de la poderosa base rítmica integrada por Aesop Dekker, a quien escuchamos en Agalloch y que hoy es parte de Worm Ouroboros, baterista él, junto a la bajista Erika Osterhout, quien me dejó más que satisfecho con su performance y con el sonido gordo y rudo de su bajo. Vaya tándem conforman estos dos. Vaya grupo son los cuatro, aún cuando cada canción puede ser reconocida por su similitud con cualquiera de las feroces pistas que escuchamos entre 1989 y 1994. Pero esa es la idea, creo. Además, la andanada final con "Chalice of Pus", Fatal Immortality" y la canción que da nombre al disco, no tiene desperdicio; te aplastan si piedad alguna, te aniquilan. Y podemos sumarle el hecho de que "Bestial Destiny" tiene una emotiva melodía de guitarra a la Bolt Thrower. Todo bien, como verán. Pero, debo volver sobre mis pasos y preguntar ¿qué hubiera pasado con éste disco en, supongamos, 1992? ¿Hubiera causado el revuelo que causa hoy o hubiera sido uno de los tantos discos de Death Metal que salían a diario, y que recién con el advenimiento del siglo 21 lograron -algo- del reconocimiento merecido? Creo que sí, que hubiera sucedido lo último. Sin embargo, hoy, en 2017, "Extremely Fucking Dead" roza lo genial, aunque no lo sea. Eso habla a las claras de la pobreza musical que debemos vivir hoy y que pareciera no tener fin.
Mas, tampoco hay que ser duro, como tampoco se puede ser muy permisivo. Pero, vamos, el debut de Extremity derrocha sangre, poder y bestialidad. Y tiene un puñado de muy buenos tracks. Y suena como si lo hubieran grabado en el '93. Y son un buen grupo, dejemos de joder.
Bandcamp
Earsplit PR
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