Año: 2016
Sello: Satanath Records / More Hate Productions (CD) / Independiente (digital)
País de origen: Turquía
Días atrás hablamos acerca de Cenotaph, legendaria banda de Brutal Death procedente de Turquía. Más precisamente, hice la reseña del último disco hasta la fecha de la topadora de Ankara. En la misma hice referencia a su líder, Batu Çetin, alma y cuerpo de la bestial banda turca, cuya trayectoria está por encima de los 20 años. Pues bien, hoy les traemos otro grupo, o mejor dicho, otro proyecto de Batu. El mismo se llama Grotesque Ceremonium y es su proyecto unipersonal en el cual saca a relucir su amor por Incantation y Celtic Frost. ¿Su amor? Bueno, no sé si es tan así, a decir verdad. Es que el material grabado por este adalid de la brutalidad en éste, su primer disco full (segunda grabación si contamos el EP del 2014 "Blasphemous Goat Observance") deja bastante que desear, sinceramente. O sea, si esta es su manera de homenajear a sus ídolos, pues mejor no hacer homenaje alguno.
A "Demonic Inquisition" le sobra aburrimiento y le falta gancho. Es un amasijo de riffs oscuros y predecibles, carentes del gancho que sí tienen las bandas que nombré unos renglones más arriba, y grabados de forma poco beneficiosa para la banda unipersonal del líder de Cenotaph. El sonido de la guitarra está muy al frente, casi al lado del oyente, algo no muy favorable si tenemos en cuenta que, como acabo de decir, los riffs no son lo mejor de la placa, justamente. Y si un disco de Death Metal no tiene buenos riffs, pues empezamos mal, amigos. A esto hay que sumarle el detalle -para nada menor- del sonido de la batería, de lo más superficial y anti-brutal que uno pueda encontrar en un disco de Death Metal. Es que la producción no hizo nada por disimular siquiera lo digital en el sonido de la batería, cuando éste tipo de Death Metal exige de forma imperiosa un sonido orgánico y aplastante, inhumano en su poder, pero primitivamente humano a la vez. Inhumano porque debe parecer que es una bestia la que está tocando, pero humano por lo real. Bien, acá no hay nada de eso.
Y las composiciones no tienen vuelo, no hay manera de recordar un riff o arreglo, un solo ni nada; todo es predecible y olvidable. Si hasta el cover de la fabulosa "Profanation" (himno de la banda de John McEntee) se pierde entre la maraña de canciones insulsas. Sí, claro que todo suena gutural y oscuro. Pero ¿a quién carajos le importa eso cuando eso es todo lo que hay?
Joder, este tipo ha sido admirado por éste servidor desde hace bastante, y así es hasta el día de hoy. Pero, claro está, lo admiro por su labor frente a Cenotaph. A juzgar por lo hecho en este disco, creo que Batu va a tener que dedicarse de lleno a su banda madre.
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Label
Asher Media Relations
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