Año: 2015
Sello: Avantgarde Music (CD/Digital) / Fólkvangr Records (cassette. 2017)
País de origen: Italia
Qué bueno que un disco de semejante calidad se haya re-editado tantas veces. Primero, el genial sello Avantgarde Music hizo la edición original, y luego hizo tres más, siempre en ediciones limitadas y con formatos que iban cambiando según la edición. Ahora llega el casstte, en éste caso (será) editado por el sello norteamericano Fólkvangr Records. Mas, lo realmente importante es que la gente invierta su dinero en ésta gema, que se haga conocer lo hecho por estos dos (talentosos) italianos en su primer, y hasta ahora único, disco full. Pero ¿quiénes son estos misteriosos italianos, creadores de uno de los discos de Black Metal más emotivos y preciosistas que yo haya escuchado en los últimos 2 años? Se trata de dos ex miembros de Draugr, Selvans Harupex y Sethlans Fulguriator, quienes no sólo se hacen cargo de los instrumentos tradicionales (guitarra, bajo, programación. Hay voces adicionales, que corren por cuenta de invitados. La batería fue tocada por Nethuns), sino que utilizan instrumentos folclóricos que poco y nada tienen que ver con el Metal, pero que encajan de mil maravillas dentro del contexto musical del dúo. Me refiero a flautas, pipas, sistri, entre otros. O sea que la música de Selvans adhiere elementos folclóricos a su manera de tocar Black Metal ¿cierto? Mas, no sólo eso. lo hacen magistralmente. Cuidan cada detalle, manipulan las piezas con una calidad obsesiva, y le sacan provecho a cada elemento, y construyen canciones épicas, dramáticas, que cautivan al oyente sin darle la chance de tomarse un respiro. Y cuando digo que no hay chances de tomarse un respiro, es porque la intensidad, la tensión y la excelencia no te lo permiten. No es que vayan a mil por hora, desatando un infierno sonoro que te sofoca; eso no es apropiado para describir a este fabuloso dúo.
El disco comienza con "Matavitatau", y la cosa comienza bien. Instrumental de 3 minutos, y que sirve como introducción al mundo de Selvans, dicha pieza derrocha elegancia y buenas ideas. Pero lo mejor viene después, cuando dejan el formato instrumental de lado y dejan fluir la creatividad de forma más intensa y extensa, incorporando armonías vocales que fluctúan entre lo agresivo y lo sofisticado, sin que una cualidad se interponga en el camino de la otra.
Así pues, nos encontramos con obras de arte como "Hirpi Sorani" (se me pone la piel de gallina con tan sólo recordar las melodías que desgranan tan apasionadamente estos tanos) y "N.A.F.H", otra extensa pero atrapante pista, ambas de una duración que supera los 10 minutos ("Hirpi Sorani" dura 12 minutos con 30 segundos, mientras que la otra supera los 17 minutos) que se hacen cortos de tan buenas que son ambas canciones.
Y hay otro detalle más que no puedo obviar: la capacidad para manejar el crescendo, hacer que la obra crezca a medida que avanza, llegando al zénit sobre el final del disco, pero, además, dicho crescendo se produce en el interior del oyente a medida que va descubriendo al disco en profundidad, a medida que se repiten las audiciones y uno va encontrando más elementos, va conociendo más a fondo al disco en su totalidad, y en lo que concierne a las partes que lo conforman. O sea, "Lupercalia" es un discazo. No sólo que no tiene desperdicio, sino que mejora con las audiciones. No muchos pueden hacer algo así, y menos hoy, cuando la mayoría de las bandas prefieren reciclar antes de crear. Selvans, afortunadamente, prefieren crear antes que reciclar.
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