lunes, 27 de marzo de 2017

Deprive - Temple of the Lost Wisdom



Año: 2016
Sello: Memento Mori
País de origen: España

"Into Oblivion", el disco debut del proyecto unipersonal del talentoso músico español Erun-Dagoth, llamó poderosamente mi atención en su momento, en 2015, gracias a lo lúgubre de sus atmósferas y lo bien planteado que estaba el disco en lo estructural y lo contextual. Todo parecía suceder, como si fuera un relato, en el lugar y momento exacto; cada imagen creada por la música en la mente del oyente ponía al mismo en la situación precisa en la que transcurrían las canciones, o al menos en ése universo en el cual Erun parecía haberlas creado y ejecutado. Es por eso que quedé con expectativas más bien altas respecto a lo que vendría. Lo que vendría ya no es tal, pues ya vino, y se llama "Temple of the Lost Wisdom", nuevamente editado por Memento Mori.
El segundo disco de una banda suele ser, históricamente, el disco definitorio en algunos aspectos. Es, en caso de que el debut haya mostrado algo prometedor, el disco que va a confirmar lo hecho en el primer disco, y en algunos casos, es el que va a definir si la banda sigue su curso ascendente, si se estanca, o si queda en la historia como una banda de un solo disco: el del debut. Deprive se la jugó y salió al ruedo con un disco que supera claramente a su antecesor, y eso que "Into Oblivion" es un álbum realmente bueno.
De entrada, Erun pone de manifiesto que no se va a andar con chiquitas, descargando sobre el oyente un torrente de Death-Doom macabro y pestilente, ejecutado a la perfección, con un sonido sucio pero nítido a la vez, y un aura tenebrosa de corte ancestral (y fantasmal) que le queda de maravillas a la placa. Una placa en la que todo pareciera estar en el lugar que le corresponde, con un Erun-Dagoth dando cátedra en todos los rubros en los que se metió a la hora de dar forma al disco en sí. Ya sea como productor (grabó, mezcló y masterizó todo él, en los Khazad-Dûm Studios), ya sea como compositor, ni hablar de lo que hace como intérprete (vaya que es buen baterista éste tipo), haciéndose cargo de todos los instrumentos y la voz de manera magistral, Erun se entrega de principio a fin, no se guarda nada, vive cada composición como lo haría alguien que ha dedicado todo su pasión a una obra de arte. Y está bien que así sea, pues éste español ha hecho del Death-Doom un arte. Sí, un arte macabro, feroz, sanguinario y hasta melancólico, pero arte al fin.
Su propuesta nos pasea por distintas formas de encarar dicho estilo, con sonidos y composiciones que me traen a la mente a bandas como Convulse, los primeros My Dying Bride, los injustamente olvidados Sorrow, los Amorphis de la era Death Metal, y dale que va. Eso sí, el mejor riff del disco, mi gran favorito, es el de "Gospel of the Black Sun", cuyo riff principal me recuerda al mejor Cannibal Corpse (el de la era Barnes, claro).
Brutal, pero sin llegar nunca al Brutal Death. Lúgubre, con una carga de melancolía omnipresente que abruma cuando la lentitud domina. Crudo, rudo pero sin perder de vista la calidad en las ejecuciones, y con una sobrecarga de locura ocultista penetrando cual fría bruma y rodeando a todo el disco, "Temple of the Lost Wisdom" es el disco que Deprive tenía que hacer para demostrar que los buenos resultados obtenidos, y mostrados, en su debut no fueron casuales. Su segundo opus, además de afirmar que Deprive es cosa seria, abre las puertas para que todos aquellos que hemos tenido la chance de escuchar ambas creaciones, esperemos el tercer disco con los brazos abiertos.
Por cierto, estoy hablando de un muy buen álbum ¿se dieron cuenta? ¿o es necesario que lo diga?

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