viernes, 3 de febrero de 2017

God in a Cone - Agrypnia



Año: 2016
Sello: Independiente/Autoproducido
País de origen: Grecia

En los 90's la Música Industrial tuvo un pequeño, pero fructífero momento de gloria. Mientras que en sus albores el estilo conocido como Música Industrial fue todo un hallazgo, una verdadera revolución. en los 90's se coló en el mundo del Rock y el Metal, gracias a bandas que mixturaron los sonidos fríos y futuristas de la música Industrial con elementos más convencionales, tomados, obviamente, del Rock y el Metal. God in a Cone tiene cosas de esa era de la música Industrial, de cuando se tornó más accesible, o menos caótica, si se quiere, y lo fusiona con elementos extraídos de subgéneros muy cercanos, como el Coldwave o el Synthpop, más toques góticos que me recuerdan a la era más Pop/bailable de algunas bandas metaleras que en la segunda mitad de los 90's optaron por abandonar las filas del Metal.
Por cierto, y esto no es información al vicio, la banda no es una banda en sí, sino que es la obra de una sola persona: Nikos Marinos, un músico versátil e inteligente, quien se hace cargo de todo de forma más que respetable.
Sonidos mecánicos, notas lánguidas y frías, algún que otro arrebato de guitarras pesadas colándose en medio de las texturas robóticas, y una voz nada sobresaliente, pero bien usada. Argumentos que Marinos usa para dar rienda suelta a su segundo opus, en el cual hay una gama variada de melodías y sonidos, pero siempre dentro del ámbito en donde lo electrónico predomina por sobre lo "humano" (el uso de las comillas no es casual: todo instrumentos electrónico obedece a las órdenes del humano).
No es un disco para arrancarse los pelos, no me provoca esa locura opresiva y casi incontenible que aun me provocan los discos que se hicieron en los 90's, y parte de eso se debe a que el sonido no posee la espacialidad, esa dimensionalidad que le confiere cualidades envolventes a la música. Pero Nikos compensa esa falencia (pues el sonido es débil, más allá de que su frialdad es inherente al estilo en sí) con un buen puñado de ideas, nada espectaculares, pero bien trabajadas desde su concepción hasta su realización.
Dentro de las canciones que más me gustan, están "DWN" y su sensualidad absorbente, y la rockera "30 Days", lo más intenso del disco, con un claro parecido a lo que hicieron bandas como Tiamat o Moonspell a fines de los 90's. Pero, insisto, "Agrypnia" (término médico que se le da al insomnio) es un álbum más bien agradable antes que cautivante, sin sobresaltos ni grandes momentos. En todo caso, es un disco para ser escuchado en momentos de soledad...o bien, cuando te dedicás a coger toda la puta noche. Ustedes eligen.

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