viernes, 27 de enero de 2017

Circadian Ritual - Idem


Año: 2016
Sello: Live Fast Die Recordings
País de origen: USA

Densidad. Mala onda. Lentitud. Doom Metal. Bueno, sí, no me olvido de la bendita etiqueta que tan en boga está hoy: Sludge. Pero, no hay que confundir a la gente, hay que ser claro: Circadian Ritual es una banda de Sludge 100% de la vieja escuela, sin dejar espacio para elementos tipo hipsters o algo Post-lo que sea.. Mas, básicamente, lo que hacen estos muchachos de Minneapolis, Minnesota, es Doom ultra-jodido, aplastante y malvado.
La voz de Jake Quittschreiber es brutal, de ultratumba; un grito gutural de una bestia emitiendo sonidos de dolor y furia. Las guitarras (a cargo de Rick Parsons y nuevamente Quittschreiber) emanan olor a podrido en cada acorde, eternos y calcinantes acordes ejecutados sin prisa, sin urgencias, pero con mucha rabia, apoyados en una muralla sonora tan grande como fuerte. Y la base (Jim Clark en batería y Ben Shaffer en bajo) hace lo que debe hacer: tocar tan lento y pesado como les sea posible, sirviendo de sostén para que los otros dos miembros puedan transmitir toda su pesada locura sobre esos ritmos devastadores e interminables. O sea, hacen lo que debe hacer una buena banda de Doom Metal. Y lo condimentan con el agregado de un ingrediente que le da un toque distintivo a una buena banda de Doom Metal que ha elegido la maldad como vehículo: suenan como 4 verdaderos hijos de puta. Bien mala leche, carentes de cualquier rasgo de dulzura romántica o racionalismo frío. Lo de Circadian Ritual es pasión y violencia sonora exhibidas al ritmo de una bestia arrastrándose.
El EP consta de 4 pistas, las cuales pueden escucharse de un tirón en bandcamp (edición que corrió por cuenta del grupo), o bien en dos lados de 2 tracks cada uno, formato que podrán encontrar si consiguen el cassette. Y acá hago un diferenciación que considero necesaria. Si bien la banda tiene un estilo bien definido y puesto en marcha en las 4 canciones que integran el disco.
Las dos primeras ("The Highest Priest" y "Ethereal Monolith") están conectadas por una cualidad puntual: riffs gancheros. Sí, ominosos, eternos, brutales y negrísimos, pero gancheros. Mientras que las otras dos canciones ("Black Chalice I", seguida de su segunda parte), aun manteniendo el sonido y las estructuras cuasi inalterables, suenan más fúnebres. De cualquier manera, hay que hilar fino para encontrar estas diferencias, pues el disco en sí es homogéneo y bien definido en todos los aspectos.
Personalmente, considero que las influencias o parecidos más marcados son con Grief, Cough y nuestros amigos de Hipoxia. O sea, música jodida, hecha por gente jodida, y dirigida a gente más jodida aun. Y como yo soy un jodido, pues bien la he pasado escuchando éste primer trabajo de estos Circadian Ritual.

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