lunes, 7 de noviembre de 2016

Coldblood - Indescribable Physiognomy of the Devil


Año: 2016
Sello: Satanath Records / Distro Rock Records / Metallic Media
País de origen: Brasil

Historia de larga data la del Death Metal y nuestro país hermano de Brasil. Sepultura, Holocausto, Mutilator, Krisiun y la lista sigue casi hasta el infinito. Fueron el primer, o uno de los primeros países, de Sudamérica en parir y exportar bandas de Metal Extremo al mundo entero, y hasta el día de hoy sigue sucediendo. En otras palabras, en este terreno, Brasil es Primer Mundo (como en el fútbol).
Hablé de una larga historia con el Death Metal y tiene mucho que ver con Coldblood, banda que con sus separaciones a cuestas, la viene peleando desde hace más de 20 años. Se formaron en el 92 y se separaron dos años después; vuelven en 1999 y se separan en 2002, para luego regresar en 2005 y ya sí mantenerse hasta el día de hoy. Para el que necesita más información, les cuento que aquí toca Markus Couttinho, baterista de los demoledores Grave Desecrator. Mas, Coldblood es Death Metal hecho y derecho, con poco vuelo pero mucha oscuridad.
Le hacen honor al nombre del grupo, logrando transmitir una frialdad perversa, maléfica, que se va colando en cada riff o ritmo, en cada entonación o sonido. Si bien la creatividad no es el fuerte del grupo (muchas canciones suenan algo chatas a mi parecer), la banda se las ingenia para amalgamar distintas influencias de vertientes bien definidas dentro del género que practican. Así, podemos encontrar influencias de Morbid Angel y Deicide (obvias referencias si hablamos de Death Metal satánico), como así también un sonido filoso pero pulido a la Krisiun, sumado a la pulcritud en las ejecuciones, detalle que trae a mi mente el nombre de Behemoth. O sea, está más que claro el estilo que practica el trío, van por una senda bien clara, pero sin dejar de lado la posibilidad de variar todo lo que el estilo y sus márgenes permitan.
Lo mejor del disco está al comienzo, con tracks como el que da nombre al disco (atentos a los ritmos sincopados que mete Markus), "The Synchrony of the Cursed Star" y "Tetragrammaton". Tras finalizar ese ataque inicial, la banda se sumerge en una cómoda, aunque feroz, postura, a través de la cual demuestran que los más de 20 años de trayectoria (con interrupciones) no han hecho mella en el enojo del grupo ni en su ideología, pero dejando entrever ciertas limitaciones en el aspecto compositivo.
Así y todo, "Indescribable Physiognomy..." es un álbum correcto, no hay fisuras, y aun sin tener una lista de canciones resaltable, el grupo de Río de Janeiro se las arregla para demostrar que la experiencia no la tienen en vano. Si algo le sobra a esta banda, y a éste disco puntualmente, es profesionalismo y seguridad en lo que hacen.

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