Año: 2015
Sello: Narcoleptica Prod. / More Hate Productions
País de origen: Rusia
Primera grabación del dúo conformado por Dmitriy Kuznetsov (guitarra, voz y batería) y Nikita Boldyrev (bajo), quienes practican un Death Metal con mucho groove, y al cual le agregan otros ingredientes que ya mismo paso a citar en medio de la reseña.
Lo primero que resalta es el sonido de la guitarra: extremadamente grave, saturado de bajos y una afinación ultra-low-tune. A la par del sonido de la guitarra está la voz de Kuznetsov, muy gutural, de ultratumba, al punto que no desentonaría en bandas del tipo de Undergang o Rottrevore. El primer track del álbum, titulado "Death сад", es una pieza de Death Metal machacante, simple y directo. No hay grandes arreglos, pero emana una crudeza y una pesadez con un atractivo peculiar. Inmediatamente emerge otro punto a notar: la crudeza del sonido. Lejos de haber apelado a un sonido hi-fi, típico en las bandas que hacen del groove un culto, estos rusos optaron por un sonido cuasi casero, en el cual se pueden encontrar dos puntos opuestos. Por un lado, esa crudeza le confiere a la banda una energía primitiva muy honesta, pero, por otro lado, deja expuesto un cúmulo de desajustes que juegan en contra del grupo. La batería quedó muy atrás en la mezcla, y eso, en un grupo que usa el groove como un elemento crucial en su música, es un error muy grave. Además, Kuznetsov no es un guitarrista con una técnica depurada y dicha crudeza no hace más que exponerlo.
Más allá de ésto, el comienzo es bueno, pero dura poco. El track que da nombre al disco es un compendio de melodías épicas, y algo melancólicas, sin mucho sentido, haciendo que las estructuras comiencen a tambalear. Retoman el groovy death metal con "Color Blindness" (buen riff) y se vuelven a perder en los temas siguientes. Es como que no terminan de perfilarse, no hay definición. Si se van hacia el lado del Death Metal gutural y lleno de machaque denso, las cosas tienden a salir bien aun cuando no sobran las ideas. Pero, y esto no es un detalle para obviar, se obsesionan con incorporar melodías que no están capacitados para tocar adecuadamente, y ahí pierden el norte una y otra vez.
Así, de esa manera, transcurre un disco con demasiados altibajos, y algunos puntos más bajos que altos, tal es el caso de los fallidos covers de Ektomorf ("I'm in Hate") y Sepultura ("Roots Bloody Roots"). Es decir que el costado mas positivo en la propuesta de Horror Necros surge cuando deciden tocar Death Metal simple, ganchero y lleno de groove. No es que les sobren las virtudes cuando se inclinan para ese lado, pero al menos tienen cierto atractivo. El problema está en la incapacidad de estos dos rusos para salirse de ese molde, y en las evidentes falencias que exhiben cuando optan por seguir ese otro rumbo. Ellos sabrán si lo corrigen o si siguen en la misma postura.
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