Año: 2016
Sello: Iron, Blood & Death Corp.
País de origen: Chile
Este es uno de esos discos que entusiasman y decepcionan al mismo tiempo. Sí, un disco en el que hay contrastes que me llevaron a tomarme mi tiempo antes de reseñarlo, pues, así como hay aspectos que lisa y llanamente me encantan, hay algún que otro detalle que resultó ser como un baldazo de agua fría para mí.
Por un lado, la banda suena muy potente y compacta, algo que yo ya esperaba tras conocer el curriculum de los integrantes del grupos, además de que suelo confiar en las bandas thrashers chilenas (y de Death Metal más aun). Como bien dije, Dissident es un grupo potente, pero no exento de melodía y una capacidad realmente destacable en cuanto a la composición. Gran parte de la responsabilidad recae sobre los hombros de Yan y JL Omos, dos violeros inteligentes, dueños de una técnica depurada y plagados de ideas que encajan a la perfección siempre, pero siempre. Incluso cuando el disco parece entrar en un bache, los guitarrista de Dissident sacan a relucir su buen gusto, y ponen sobre el tapete un arsenal de riffs, melodías y arreglos varios, con los cuales no hacen más que sumar puntos a favor suyo y de la banda en general. Por cierto, la base rítmica, sin ser el virtuosismo hecho carne, cumple con su labor sin grietas, demostrando una cohesión (y energía) envidiables.
Mas, también hay un lado negativo, como bien dije al comienzo, y ese lado lo aporta Javier Pinilla con su voz poco agresiva, poco profunda y para nada carismática. Creo que el término que mejor se adapta a lo que me transmite su voz es Insulso, pues no me dice absolutamente nada. No es un mal cantante, el tipo no desafina ni comete excesos innecesarios; el problema pasa por otro lado, por lo que transmite, o en su defecto, por lo que NO transmite. En cambio lo coros tipo hinchada, tan clásicos en el Thrash, están bien logrados, aspecto con lo que también suman algunos puntos a favor.
En realidad, y en líneas generales, éste es un disco de Thrash para nada despreciable, sobre todo cuando atacan con canciones como "Too Inert for Responding Attack" y "Binarial Being", ambos temas resaltando por el lúdico y eximio trabajo de las guitarras, sumado al despliegue de arreglos rítmicos aportados por Marcelo (batería). A esto le podemos agregar que el sonido es el idóneo para una banda thrasher que tiene tanto de Flotsam & Jetsam como del Thrash de la Bay Area: seco, machacante y duro, pero claro a la vez.
En líneas generales, Dissident aparecen en el mundo del Metal con un álbum que será del agrado de las hordas thrashers, pero que también se puede recomendar a aquellos que pasan del estilo, pues Dissident saben cómo ser bien agresivos sin que ello implique perder el gusto por la melodía. O sea, "Unleash the Violence..." es un disco realmente agradable.
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