Año: 2016
Sello: Independiente
País de origen: Inglaterra
La portada del álbum lo dice todo respecto a las líricas y el concepto global que envuelve al grupo: estamos ante una banda naif. Más allá de que la portada del disco me parece horrible, hay un detalle que me causa gracia en éste tipo de bandas de Stoner (o Stoner Doom, según el caso): la obsesión por los relatos de ciencia ficción carentes de profundidad alguna, y la obsesión por los dinosaurios y demás monstruos de tamaño ciclópeo. Cybernetic Witch Cult no escapan a esos tópicos, algo que les quita ese aura de maldad pretendido por esta clase de grupos, para convertirlos en algo más bien inocente. Pero, yendo a lo estrictamente musical, hay cosas que deben ser rescatadas y destacadas aquí, en el segundo disco larga duración del grupo inglés.
El disco, a decir verdad, no arranca de la mejor manera para éste servidor, pues "Velocirapture" no es una canción muy convincente. Ok, el riff está bien trabajado y el ritmo es febril, pero la atmósfera general de la canción y el estribillo me resultan demasiado aniñados. Por suerte aparece "Hunted on Hoth" con su sucesión de riffs oscuros a la Sabbath y un estribillo que se adhiere al cerebro sin problemas. A partir de ahí, las cosas cambian y mejoran bastante, aunque persisten en ciertos aspectos que no ayudan en lo más mínimo. Pero repuntan en lo compositivo, sobre todo cuando apelan a ritmos más bien lentos y climas ominosos, densos. "Cloven Hooves, Horns & Wings" es, por lejos, lo mejor del disco gracias a su formato bluesy, con lo que se escapan del típico formato Stoner y se adentran en otros terrenos que les son más potables, sin que ello implique abandonar la identidad del grupo (que está bien definida, hay que decirlo). Les digo más, lo mejor surge cuando comienzan a sonar como una banda de los 90's, a mitad de camino entre el Hard Rock de influencias setentosas que reinaba a comienzos de la década, y el Stoner.
De cualquier manera, "Spaceous Cretaceous" es más un disco de buenos momentos que otra cosa, pues no sobran las canciones que resalten, mientras que sí se pueden destacar pasajes puntuales en varias canciones. Pasa que estos británicos están demasiado preocupados por respetar los mandatos del género, no pretenden salirse del molde en ningún instante y eso les cuesta caro. Hay ganas y carisma, divierten al oyente sin problema alguno, pero les falta magia a la hora de crear grandes canciones; de hecho, no hay grandes canciones en el sucesor de "Morlock Rock". Quizás las haya en el próximo disco, quién sabe. Son jóvenes y son instrumentistas más que correctos, solamente les falta despegarse de los clichés tan propios del género.
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