domingo, 30 de octubre de 2016

Crowhurst - II


Año: 2016
Sello: Broken Limbs Recordings
País de origen: USA

Crowhurst nació como un grupo de un solo hombre, el cual se inclinaba para el lado del Noise/Power Electronics. Esto pasó entre 2011 (año de creación de la banda) y 2014, año en que Crowhurst pasó a ser un quinteto (aunque éste disco fue grabado como trío). Pues bien, se nota que los orígenes del grupo estuvieron en el Noise y los sonidos experimentales más perturbadores, ya que el disco comienza con un experimento sonoro que fácilmente podemos incluir en dicho ámbito. De hecho, en cada jodida canción del disco, el Noise emerge triunfante y endiablado, como un elemento discordante que surge desde las profundidades para aportar caos a la locura, y locura al caos.
Pienso en The Body como referencia cercana a la hora de comprender por dónde van Jay Gambit y sus muchachos. Vale aclararlo, Gambit es el padre de la criatura y se encarga de la voz, sintetizadores y efectos. Repito, pienso en The Body como punto comparativo, pero lo cierto es que Crowhurst no posee ese sonido pesado y opulento de la banda de Chip King y Lee Buford. Lo de Crowhurst se apoya en guitarras que oscilan entre lo esquelético y los eléctrico, siempre fibroso y crujiente, pero muy pocas veces pesado; en todo caso, acá hay más tendencia al ruido que a la pesadez. Y les queda bárbaro ese detalle, pues Crowhurst, si bien tienden a tomar cosas del Sludge/Doom, lo concreto es que cambian de piel constantemente y modifican su manera de presentarse a través de la rotación de estilos, a veces, en una misma canción. Así podemos encontrar Post Black (prestar atención cuando pisan el acelerador), el Deathrock a la Christian Death (incluso, Gambit usa algunas inflexiones fantasmagóricas a la Rozz Williams. Escuchen "The End" como ejemplo), y como ya dije, el Noise y demás experimentos anormales que solamente generan placer en las mentes desquiciadas.
Las guitarras zumban, explotan, se difuminan en el aire y vuelven a tomar color y forma. Los ritmos son sinuosos, dando la sensación de temblor, como si hubiesen sido creados y ejecutados mientras la tierra se movía. La voz de Gambit trae rabia y locura, se ubica inquietantemente entre ambos estados y no se aleja jamás de ellos; y lo hace con soltura, como si entre esos estados estuviera su verdadero ser.
Las piezas que integran el todo derrumban la cordura del oyente en un santiamén, siendo "No Saviors" y su formato esquizode/tribal (nuevamente las influencias del Deathrock y el Post-Punk se hacen presentes) la canción que orada los sentidos del oyente hasta derrumbarlo. Para cuando llega "Fractured Lung" y su muralla de ruido retorcido, el oyente ya sucumbió y se encuentra de rodillas, por lo que la banda saca provecho de dicha situación para engendrar un experimento del tipo Drone llamado "Dried Blood and Old Earth", con el cual abren las puertas de la percepción humana hasta hacernos dudar acerca de la supuesta realidad que hemos vivido hasta éste preciso instante.
"II", por si aun no lo saben, no es el segundo disco de la banda; Crowhurst cuentan con una vasta lista de grabaciones(más de 40 ediciones en 5 años de carrera. Solamente éste año lanzaron siete discos). Da igual si es el disco número 40 o si es el segundo en la historia del grupo, "II" es uno de los trabajos más excitantes del año por su valentía, por su afán de desestabilizar los cimientos del mundo de la música pesada (tan confortable últimamente), y porque es la clase de locura artística fuera de serie que yo tanto amo. Discazo.

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The Black Birch



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