jueves, 15 de septiembre de 2016

Holy Death - Triumph of Evil


Año: 2015
Sello: Witching Hour Records (CD, vinilo 12", cassette) / Ediciones previas: Baron Records (1996, cassette); Under the Sign of Garazel Productions (CD).
País de origen: Polonia

Banda de culto en la escena del underground polaco, este trío nacido en 1989 bajo el nombre de Gladiator, nombre que dejaron atrás en 1993 por el que usaron hasta su final en 2007, dedicó su carrera a tocar un Black Metal entre los medio-tempos y la lentitud Doom, solemne y satánico, con influencias más que evidentes: Celtic Frost, el Samael de los primeros discos, Mortuary Drape, y hasta me atrevo a citar a Goatlord en los momentos más escabrosos.
"Triumph of Evil" fue la primera grabación de la banda de Cracow y data, originalmente, de 1996. En aquella ocasión, el disco fue lanzado solamente en cassette y constaba de 6 canciones (3 por lado). Cuenta la historia que tuvieron problemas de presupuesto para finalizar la grabación, aunque no tengo información fidedigna para afirmar esto. Sucede que, posteriormente, en el año 1996 también, el sello Head not Found hizo una edición no autorizada del disco, con el agregado de las 2 primeras canciones ("The Journey" y "Without Mercy") como supuestos bonus tracks. Sí, una estafa.
Lo que hoy reseñamos es la re-edición hecha por Witching Hour Productions, en la cual están los 6 tracks de siempre, más versiones tomadas de ensayos de las 2 canciones citadas un poco más arriba.
Como bien dije, Holy Death tocaban un Black Metal lleno de ritmos marcados, nunca acelerados, salvo en algunos pasajes de la mejor canción del disco ("To the Christians", perfecto resumen del estilo del grupo), un aire a ritual satánico que todo lo impregna, riffs muy sencillos y con un resabio a Hard Rock que le queda bastante bien, y partes en donde se van directamente para el lado del Black/Doom, lento y macabro.
Escuchándolos, uno puede imaginar un escenario plagado de cráneos, velas, humo y cruces invertidas; todo muy cliché y previsible, sí, es así. Pero, a decir verdad, esa estética, tanto musical como visual, coincidía en todo con la identidad del grupo. Además, hay que decirlo, sin ser una gran banda, estos polacos tenían lo suyo. "Triumph of Evil" tiene un encanto primitivo, un magnetismo que no es incontrolable, pero que lo lleva al oyente a dejarse atrapar concienzudamente. O sea, no hay manera de que el oyente entre en trance escuchando algo tan simple y familiar como esto, o al menos es imposible que a mí me pase. Sin embargo, se disfruta su audición.
Hace casi 10 años se separaron, mas, sus ex miembros siguen activos en otras bandas, llegando algunos de ellos a ser parte de esa buena banda llamada Kriesgmaschine. Entre la edición de "Triumph of Evil" y la separación de la banda hubo más discos, en varios formatos. Pero es éste debut discográfico el que mayor atractivo reviste por su condición de disco de culto.

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