Año: 2016
Sello: Independiente
País de origen: USA
Pennsylvania, Estados Unidos. En esa región debe haber algún virus que provoca que surjan bandas extremas realmente enfermas. Rumpelstiltskin Grinder, Leprosy, Rivers of Nihil, Coffin Dust, por supuesto que no me olvido de los enormes Incantation, los entrañables Goreaphobia y parte de la historia de Mortician también ha transcurrido en Pennsylvania. Muchos dicen que Pennsylvania es hoy al Death Metal lo que fue Tampa alguna vez: la meca del estilo. Es por eso, por esos nombres, que me permito pensar que algo turbio sucede en esa región de USA, pues todas las bandas que nombré, y cada una con su estilo, demuestran estar realmente enfermas. Castle Freak, cuyo nombre ha sido tomado de la película homónima protagonizada por el gran Jeffrey Combs y escrita y dirigida por Stuart Gordon (la dupla de oro de la eterna Reanimator), vienen a sumarse a la lista con mucha honra. Aunque, a decir verdad, lo de Castle Freak está más cerca del Grindcore netamente norteamericano, bien cutre y adorador del cine de horror, antes que del Death Metal ominoso y macabro. Ojo, que acá hay mucho Death Metal inserto en medio de la propuesta del grupo, pero, básicamente, esto es Grindcore con toques death metaleros en la vena de bandas históricas como Impetigo, Repulsion o Nuclear Death. Así de sucio, rápido y directo es lo que hace este cuarteto de bestias del inframundo, todos con pasado y presente más que respetable en la escena extrema mundial. Sebastian Phillips, quien aquí se encarga de la batería, es el guitarrista de los ascendentes Noisem, mientras que Ben Anft (bajista) fue integrante del embrión de Noisem, una banda llamada Necropsy (que luego pasó a ser Noisem). Zak Carter (guitarra y padre de la criatura), por lo que sé, solamente ha tocado -y toca- en esta banda, mientras que Andrew Gigan (guitarra y voz) hace lo suyo en Angelcrust. Por cierto, el estilo vocal de Gigan me recuerda al de Blaine "Fart" Cook, el legendario cantante de los no menos legendarios The Accüsed, banda que también ha dejado su huella en estos brutos de Pennsylvania.
"Human Hive" consta de 5 tracks salvajes, ruidosos y muy divertidos, rebosantes en sonidos estridentes, una producción que hace hincapié en los excesos sonoros (todo suena bien saturado y ruidoso) y composiciones simples pero que resultan ser ráfagas de violencia incontrolable. Hay un cover de Impetigo, del clásico "Boneyard", que aporta poco y nada (¿cuántas bandas han hecho esta misma canción?), sobre todo si la comparamos con el (muy) buen nivel de las composiciones propias, especialmente "Sickening Corpses" y "Toxic Winds", dos canciones viejas que han sido regrabadas para la ocasión.
Corto (este segundo EP de Castle Freak apenas dura 13 minutos), muy intenso, jovial y fácil de asimilar para el fanático de los sonidos más pulverizantes, "Human Hive" le permite a este grupo de dementes posicionarse entre lo más vicioso que he escuchado en lo que va del año. No sólo porque han logrado capturar la esencia de las bandas que mencioné más arriba (Impetigo y Repulsion), sino porque muestran una naturalidad y un entrega envidiables. Con esto, lo que quiero decir es que me encantó este disco.
Bandcamp
Dewar
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