domingo, 27 de marzo de 2016

Virulency - The Anthropodermic Manuscript of Retribution


Año: 2016
Sello: New Standard Elite
País de origen: España

Lo dije muchas veces, lo volveré a decir cuantas veces sea necesario. España es una potencia en materia de Death Metal. Si bien soy un eterno enamorado de las escenas death metaleras de USA, Suecia, Finlandia y Holanda (en ese orden, mis movidas favoritas dentro de este estilo), lo cierto es que España figura entre lo mejor del Death Metal mundial posicionándose ahí nomas de las grandes potencias del género. Ejemplos sobran, y sobran dentro de todas las ramificaciones que le dan forma y vida al Death Metal. Ahora bien, si necesitan un ejemplo contemporáneo y que asevere l oque digo de manera contundente, pues ese ejemplo es Virulency y su tan esperado disco debut.
Tras un EP que dejó la vara muy alta ("Unbereable Martyrdom Landscapes", año 2012) y dos demos, la banda oriunda de Cantabria vino a destrozar todo con un álbum absolutamente criminal. Es que "The Anthropodermic..." no deja espacio para la duda, es una confirmación feroz de lo que sucede en España en el terreno del género más brutal que jamás haya existido, y exige que se ponga a dicho país entre la élite del Death Metal mundial, pero también hace que el nombre de Virulency deba ser esparcido como una plaga entre los fans del Brutal Death Metal del mundo entero, es una necesidad que eso suceda. La razón por la cual digo esto es la siguiente: Virulency han hecho un disco brutal, como debe ser un disco de Brutal Death que se precie de tal, pero han tenido en cuenta esos pequeños grandes detalles que diferencian a un gran disco de un disco ordinario. Y "The Anthropodermic..." es un discazo. Lo es porque le sobra técnica, pero no es técnica estéril utilizada para el lucimiento personal; por el contrario, toda la destreza instrumental de estos animales está puesta al servicio de la obra, ya sea en su totalidad, ya sea en cada una de las partes que integran el todo. Es, además, un disco retorcido a más no poder, pero sin caer en la pose típica del fantoche que finge ser un desquiciado para tapara sus falencias compositivas e interpretativas; estos tipos son retorcidos de verdad, intimidan con lo que transmiten porque no le dan al oyente nada de qué agarrarse, lo ponen en una situación de desequilibrio constante y lo arrean hacia un terreno sinuoso, pantanoso y en donde no hay quietud, como si la puta Tierra estuviera sacudiéndose. Y hay variedad, no es que se repiten hasta el hartazgo, tal como suele suceder con muchas bandas del género. Miren, si tuviera que compararlos con alguna otra banda, esa banda sería Putridity, pero a este disco hay que escucharlo sin prestarle atención a las comparaciones.
Amigos, acá hay un baterista que puede desparramar blast beats precisos y demoledores, pero que también puede apelar los rebajes típicos del Slamming BDM, pero sin caer en esa simpleza cuasi complaciente en la que caen muchas bandas; el tipo quiebra, sube, baja, no para un jodido segundo y no se apega a un patrón rítmico por mucho tiempo: constantemente está en movimiento, y eso le da al disco una dinámica que lo hace más inquietante aun. Las guitarras, más que ejecutar riffs, parecieran serruchar sobre la carne, taladrar los tímpanos y horadar los huesos como si nada. Machacan, meten escalas morbosas y pueden recurrir tanto a lo simple como a lo complejo, otro detalle que suma más puntos a la ya mencionada dinámica del disco, y van...La voz de J. es psicótica, bestial, un cúmulo de horrores devenidos en vocalizaciones; en otras palabras, el tipo canta Brutal Death Metal tal como éste estilo demanda: con la actitud de un asesino en serie y con la energía de una bestia hambrienta. Mención especial para DisJorge y su Fretless Bass, estrella indiscutida del disco gracias a la atmósfera de perturbación psicofísica que genera con el dichoso instrumento.
¿Temas destacables? Todos, desde "Myriapod Constructology - Part 1 - The Inception" hasta "Sculptured Didelphic Uterus" (atentos al final), no hay un segundo de relleno, todo está interconectado de manera precisa y obsesiva, como si se tratase de un plan enfermizamente ejecutado con el fin de poner al oyente en un estado de demencia del cual pareciera imposible regresar. O del cual no se quiere regresar, en todo caso.
España venía demostrando, y desde hace mucho tiempo ya, que es una potencia mundial en el campo del Death Metal. Por las dudas, vino Virulency y lo confirmó lanzando un discazo. Absolutamente necesario escucharlo.

PD: ¿les dije que en el track 4 mete su vozarrón Konstantin ‘Konni’ Lühring (de Despondency), y que en el tema número 6 lo hace el ex Putridity Paolo Chiti?

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TOMetal

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