Año: 2014
Sello: Independiente
País de origen: España
Hay discos que condensan tantos aciertos como defectos en su interior. Este es uno de esos discos, justamente. Se trata del segundo álbum de los españoles de Morphing Into Primal, quienes tomaron su nombre de una canción de In Flames (del disco "Whoracle", uno de los puntos más altos en la carrera del grupo sueco). Con ese dato ya debería estar dando pautas de lo que hacen, musicalmente hablando, estos muchachos oriundos de Ciudad Real. No diría que son una banda de Melodic Death al 100% pues hay mucho de Groove Metal y algo de Thrash bien moderno. Hasta ahí, todo bien, pues esa variedad suele arrojar resultados positivos en algunos casos, gracias a la variedad de matices, claro. Pero resulta que Morphing Into Primal logran obtener buenos resultados e inmediatamente se pierden en medio de canciones intrascendentes. Miremos el comienzo para tener una visión más clara.
El disco arranca con toda la fuerza: "When The Evil Wears Gold" tiene fuerza, velocidad, buenos riffs y gancho. Entusiasman apenas comienza el disco, pero luego se pinchan y apenas logran levantar de a ratos. Comienzan los baches, y muchos de ellos son provocados por el vocalista José D. Martín (bajista también), quien con su voz aguardentosa intenta cantar melodías que su voz no está capacitada para entonar. Entonces, termina arruinado melodías que prometían ser mejores de lo que terminan siendo. Otro aspecto negativo surge de la falta de cohesión entre las partes con más energía y los momentos con más groove; falta unirlas con efectividad, para que surtan efecto de manera positiva, falta conexión entre las partes que unen un estilo con otro, entonces terminan sonando, de a ratos, como si unieran parte a la fuerza.
No todo es así, pues ahí tenemos "Out of the Blue", en donde sacan a relucir todas sus influencias y en donde logran unirlas con sapiencia. O bien puedo resaltar el bello instrumental "Road 317", en donde reina lo acústico y la calma en medio de una hermosa melodía. Del resto puedo decir que hay tanto para destacar como para criticar. No logran un punto intermedio, un equilibrio. Hay canciones en las que podemos encontrar partes sumamente aburridas mechadas con arreglos de primer nivel ("Bucle") y eso me termina por desconcertar.
Lo que quiero decir, y esto es para ir cerrando, es que no son ni buenos ni malos, y son todo a la vez. Nada del otro mundo, nada que no se solucione con trabajo. Pero, por lo pronto, me dejan con un gusto agridulce en la boca.
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