Año: 2014 (CD. Hay una edición en vinilo del año 2015)
Sello: Deathrune Records
País de origen: USA
Un holocausto sonoro. Creo que esa es la definición que mejor le cabe al primer disco full de esta banda oriunda de Hampton, New Hampshire. Un holocausto que es consumado en base a un ataque minimalista, primitivo, desaforado. Nada de sutilezas, nada de complicaciones, nada de modernismo. Un sonido cavernoso y brutal, interpretaciones intensas hasta decir basta, composiciones sencillas y explosivas, todo en un lapso de tiempo bastante corto (el disco dura casi 41 minutos, trae 19 tracks, entre intro y outro y algún interludio, y las canciones duran, como mucho minutos la más extensa).
Martyrvore son herederos de Blasphemy, algo que podemos ir adelantando con tan sólo ver una foto del grupo. Pues bien, esa clase de salvajada es la que llevan adelante estos norteamericanos, por lo que hay que saber a qué atenerse. Ya saben, este tipo de bandas privilegian la violencia sonora por sobre la creatividad; aquí, lo realmente importante es el caos que se desata a través de la música, no los arreglos ni la ductilidad de los instrumentistas para tocar sus instrumentos. ¿Podés tocar rápido y fuerte, y coordinado con los demás? Ok, entonces estás apto para tocar este tipo de música. En bandas como Martyrvore es más importante la agresividad y el odio antes que la destreza musical. Por supuesto, también hay que tener, aunque sea, un mínimo dominio sobre los instrumentos pues, de lo contrario, la banda sonaría muy mal. Y Martyrvore no suenan para nada mal, todo lo contrario. Dentro de su estilo, son un grupo correcto, para nada destacable entre la cuasi infinita horda de bandas que tocan exactamente lo mismo, pero al menos tienen todas las cualidades necesarias como para hacer de este disco algo entretenido.
A "Obliteration" le sobran algunos minutos, desde mi perspectiva. Con 30 minutos hubiera estado mejor, digamos que hay unas 5 o 6 canciones de más. Pero es un disco correcto, como bien dije antes, en el cual podemos encontrar algunos temas para resaltar ("Nuclear Orgasm" y el descomunal "Pentagram Gateway", dos verdaderas blasfemias sonoras) y mucha, pero mucha violencia.
Para los fans de los sonidos más primitivos, aquellos metalheads que viven y mueren por el Metal Extremo engendrado entre los 80s y principios de los 90s, les recomiendo chequear el catálogo del sello Deathrune Records. Les aseguro que van a encontrar bandas realmente sucias, malvadas y old school hasta la médula. Como Martyrvore, por ejemplo.
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