viernes, 19 de febrero de 2016

Bearstorm - Americanus


Año: 2015
Sello: Grimoire Records
País de origen: USA

Primero que nada hay que aclarar algo. Si en algún sitio tipo Metal-Archives ven que Bearstorm tiene dos discos con el mismo nombre ("Americanus"), la razón es esta: el disco que hoy reseño no es otra cosa que el mismo disco del año 2013, en aquel momento lanzado de manera independiente, regrabado y lanzado a través del sello Grimoire Records (sello que lanzó discos de bandas como Police State, Dendritic Arbor, Vermörd, entre otros). Hecha la aclaración del caso, pasemos el disco y banda en cuestión.
Bearstorm gustan de autoclasificarse bajo la etiqueta de "Blackened Southern Death Prog". ¿Pretenciosos? Bueno, a decir verdad, el estilo del grupo tiene de todo esto un poco, o más de algunas cosas que de otras. Por ejemplo, de Death Metal hay bastante poco, y lo poco que hay se centra en el costado más progresivo y refinado del estilo, o sea, esa clase de Death Metal que está al límite de no serlo. ¿Black Metal? La voz de Michael Edwards entra bastante bien dentro de esa categoría. ¿Southern? Hay algunos arreglos, más que nada hay armonías y escalas que tienen una conexión con los sonidos sureños (del sur de Estados Unidos, claro). Sin ir más lejos, el track final ("Glacial Relic II") tiene unos pasajes muy logrados dentro de ese estilo, en donde las guitarras de Kelsey Miller y Greg Bates se lucen. ¿Progresivos? Casi todo el tiempo. Bearstorm es más una banda Prog que toma cosas de algunos estilos extremos y los fusiona, pero siempre moviéndose en el espectro más postmoderno de todos estos estilos.
Alguno, tras ver la imagen del grupo, puede alegar que se trata de un puñado de hipsters intentando tocar Metal Extremo. Las barbas, las camisas leñadoras y, por sobre todas las cosas, la afición de estos muchachos a sonar refinados, ocasionalmente pretenciosos, alejados de todo lo que sea tradicional (ya sea tradicional dentro del Black o del Death) y algo preciosistas, permite pensar que Bearstorm es una banda de Hipsters. Algo que, sinceramente, me importa poco y nada, pero que puede provocar que los metalheads más ortodoxos odien al quinteto de Richmond, Virginia. Desde lo personal agrego que sólo me fijo en lo meramente esencial, la música, dejando todo lo accesorio en un segundo o tercer lugar. Además, y si bien no estamos hablando de una banda que me parta el cráneo en mil pedazos (ni siquiera llegan a partirlo en dos), debo admitir que hay algunos pasajes bien logrados en esta regrabación del segundo disco full de Bearstorm. Ok, por momentos suenan excesivamente autoindulgentes y llegan a aburrir; se pierden en laberintos sonoros sin mucho sentido, buscando más la senda del vanguardismo por el vanguardismo en sí mismo, y parecieran perder de vista que sin buenas composiciones, de nada sirve tanto rodeo alrededor de notas, cortes rítmicos y mezclas de estilos de manera simultánea. Pero, así como se les pueden objetar muchas cosas, también hay que reconocer que, cuando dejan de lado la fusión desesperada, que cuando entran en los caminos más serenos (con aires de Post Rock y Post Metal), o cuando deciden darle lugar a las influencias propias de su región, a su folclore, salen cosas muy, pero muy interesantes.
Quizás las clave esté en buscar un equilibrio entre todo lo que conforma la propuesta del grupo. Ese equilibrio pareciera estar un poco lejos aun, aunque tampoco da la sensación de ser una tarea imposible de realizar. Son buenos instrumentistas y, como ya dije, hay un puñado de ideas bastante interesantes entre tanto movimiento indefinido. Cómo sea, estamos ante un disco que no es para todos, y eso está más que claro.

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