Año: 2015
Sello: Independiente
País de origen: Argentina
Entre el vendaval de ediciones que llegaron a mi poder el año pasado, estaba esta monstruosidad creada por este divertido y ruidoso combo argentino. Ya desde la portada la cosa queda muy clara: los pibes se van a ir al carajo en todo aspecto. Musicalmente, visualmente (¿hace falta aclarar lo que se ve en la tapa?), los títulos de las canciones, el sonido...en todo, a fin de cuentas. Lógico es que así sea tratándose de una banda de Porngoregrind. Digo, sería bastante estúpido hacer una banda de este tipo con la idea de componer canciones amenas, con líricas reflexivas, imágenes oníricas y una actitud sofisticada. El día que eso suceda, yo dejaré de escuchar este tipo de ruido bestial.
Yendo a lo estrictamente musical, Hepatic Attack es caos, caos y más caos. Meten ritmos que incitan al bailongo (bailongore, como le dicen), pero también se van para el lado de los blast beats, aunque estos resultan un poco improlijos. Es por eso que prefiero los pasajes en donde la música se torna bailable, o bien cuando hacen uso del groove tan típico en este tipo de bandas. Reina la simpleza, no se complican nunca y van directo al grano. Entre esa postura minimalista y salvaje, debo destacar la labor de Aldana a la voz, una verdadera bestia la señorita, metiendo gritos ensordecedores y todo tipo de abominaciones vocales que ayudan a fomentar en el oyente la necesidad de hacer mierda absolutamente todo. La base rítmica se la banca, sí, pero sería mejor si a la violencia le agregan algo de contundencia. Eso sí, meten caña a dos manos, y ni la antes mencionada desprolijidad hace mella en el descontrol sonoro que desatan Cexar (bajo) y el Flaconoiser (un viejo conocido del blog). La guitarra se dedica a eyacular riffs tan simples como retorcidos a mil por hora, y lo hace con toda la mala leche que el estilo exige.
Del sonido puedo decir que no es el mejor (demasiado agudo, detalle que le resta agresividad a la propuesta del grupo), pero, vamos, es un Demo. ¿Acaso a alguien se le ocurre exigirle a una banda de Porgoregrind que en su primer Demo suene como el último disco de RazorRape? Además, y como ya lo anticipa el nombre del grupo, Hepatic Attack tiene ese espíritu de borrachos que tocan a toda máquina para divertirse y cagarse en todo y en todos; no encuentro en este grupo intenciones de salir a demostrar que ellos son los jodidos Dioses del Porngoregrind. En todo caso, la premisa parece ser pasarla bien haciendo lo que les gusta. Si la premisa es esa, cumplen bastante bien con la misma. Bueno, como casi todas las bandas del sur argentino que se dedican a someternos con este adorable ruido.
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