Año: 2015
Sello: Inverse Records
País de origen: Finlandia
Simpleza sea tu nombre. En una época en la que las bandas ultra-técnicas, con los shredders como protagonistas exclusivos (el shredding hace referencia a la ejecución de instrumentos con un alto grado de técnica y complejidad), y sobre todo si hablamos de Death Metal, lo simple, lo poco elaborado, resulta un poco extraño. No es que este grupo finlandés que hoy traemos carezcan por completo de elaboración en su propuesta, pero privilegian las estructuras más sencillas, los riffs poco elaborados y los ritmos más directos antes que dedicarle tiempo a los formatos más intrincados del estilo. De hecho, lo suyo tiene tanto de Death Metal como de Thrash Metal, con machaques a la Slayer que son pasados por un filtro personal, en donde todo termina reduciéndose a riffs cortos y rudos, bases machacantes y una voz muy gutural que, ocasionalmente, encuentra su contrapunto agudo y más limpio.
El debut de estos muchachos de Iisalmi, Finlandia, tiene tantas virtudes como puntos flojos o, en todo caso, aspectos a mejorar para el próximo trabajo. Por un lado, en el lado positivo, está la fuerza del grupo, inagotable en los casi 32 minutos que dura el disco. El sonido, muscular, fuerte y oscuro, es la llave de la banda para llegar a provocar en el oyente ese deseo de sacudir la cabeza que es tan común en este tipo de música (Death/Thrash en este caso). También hay que reconocer que logran transmitir ciertas sensaciones que encajan a la perfección con la propuesta del grupo. Destrucción, un grado de melancolía nada despreciable y una profundidad -en la que el sonido tiene un rol preponderante- que pareciera indicar que la oscuridad que contiene la música del grupo proviene de un pozo o algún lugar de fondo intangible y de visibilidad cuasi nula.
Pero hay contras y hay que decirlo. Les falta explotar las virtudes, casi siempre quedan a mitad de camino y la ausencia de momentos memorables les juega en contra. El disco, en su totalidad, no es malo en absoluto, pero nunca llega a dar el gran salto que uno espera desde el primer acorde. O sea, amagan con demolerte a golpes pero terminan incitándote a sacudir la cabeza, algo que logran en determinados momentos de la placa. A eso hay que sumarle que la monotonía aparece bastante seguido, haciendo que algunas canciones se parezcan entre sí y, de esa manera, "Hautajaisyö" (Funeral night o noche funeral, tal es su traducción del finés al inglés o al español, respectivamente )no alcanza a convertirse en un buen disco. Aceptable, en todo caso, es el adjetivo que mejor les calza.
Cómo sea, para escuchar música agresiva mientras hago otras cosas, este debut está bastante bien. Pero para escucharlo prestando atención a todos los detalles, de principio a fin, a este disco autotitulado le faltan contenidos más seductores.
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