sábado, 15 de agosto de 2015

Maruta - Remain Dystopian


Año: 2015
Sello: Relapse Records
País de origen: USA

Qué bueno es que Maruta hayan vuelto. En serio, estos tipos prometían ser una gran banda ya en aquel primer grito lanzado en el 2008 ("In Narcosis", lanzado por el sello Willowtip Records). Luego de un segundo disco que vino a confirmar, y superar también, lo hecho en el debut (me refiero a "Forward Into Regression" del año 2011), Maruta se separó. Fue un lapso breve, pues al año volvieron al ruedo. Pero lo hicieron de manera más bien silenciosa, si es que tenemos en cuenta que dicho regreso no vino con ningún disco bajo el brazo. Mas los muchachos tuvieron su as guardado para lanzarlo este año. Ese as se llama "Remain Dystopian" y, además de ser el tercer full lenght de la banda, es lo mejor que han hecho hasta la fecha. O sea que confirman lo que pensé cuando los escuché por primera vez en el 2008: Maruta está para cosas grandes. Por algo el sello Relapse (uno de mis favoritos) se fijó en ellos. Por algo el disco fue grabado por Scott Hull, el cerebro detrás de Pig Destroyer (según tengo entendido, fue grabado, mezclado y masterizado por Hull). Y por algo son muchos los medios y fans que consideran que "Remain Dystopian" es uno de los mejores discos grinders del año. Bueno, no tan grinder, en realidad, pues a este álbum le sobran variantes como para salirse del molde del Grindcore. O al menos, como para no entrar dentro de los moldes convencionales del estilo. Es que hay una variedad enorme de riffs, disonancias, armonías, cortes, subidas y bajadas rítmicas. Las atmósferas pueden ser tan apocalípticas y oscuras como demenciales, sin importar a qué velocidad van los tipos. Es decir, cualquier recurso les es útil para transmitir lo que quieren transmitir. Es por eso que no extraña que la agresión se haga carne tanto en los momentos en los que explota la velocidad, tal es el caso de "Hope Smasher", como en los instantes en donde arrecia la lentitud y la banda se arrastra como un gusano gigantesco y viscoso (como en la parte final de "Submergence aka Barren Oceans of Infinity").
Los responsables de este vertiginoso viaje por los sonidos más extremos del underground (acá hay tanto de Grindcore con ataques de epilepsia como de Death Metal técnico y retorcido a la Ingurgitating Oblivion) son 4 tipos que saben muy bien qué es lo que quieren; o al menos saben qué es lo que no quieren. Cómo sea, entre esos responsables está Danny Morris, un baterista que no escatima recursos a la hora de hacer su aporte al grupo. Fuerte, veloz, preciso e inteligente, el tipo toca lo que la música necesita, en el momento en el que esta lo necesita. Eduardo Borja es un guitarrista con una interesante gama de armonías, escalas y machaques en su bagaje musical, con un estilo que hubiese encajado a la perfección en una banda como Discordance Axis. Mauro Cordoba es quien aporte el pulso preciso, es el miembro cuasi silencioso que está ahí para darle cohesión a lo que tocan Borja y Morris, siendo el nexo perfecto entre ambas labores (la de la guitarra y la batería). Mitch, el cantante, escupe ira, locura, mete guturales, gritos agudos y desesperados (y desesperantes); en otras palabras, es el vocalista que Maruta necesita para que la música del grupo termine de tomar la forma que tiene que tomar. Ellos 4 son los responsables de que "Remain..." sea lo mejor de Maruta hasta la fecha. Bueno, también están Tomas Lindberg, alias Tompa (sí, el de At The Gates y Lock Up, entre otros), como invitado en "Stride Endlessly Through Scorched Earth", y J.R. Hayes, gritón de geniales bandas como Pig Destroyer y alguna vez en Agoraphobic Nosebleed, quien hace lo suyo en "Erode", otro de los puntos altos del disco.
En resumen, "Remain..." es un disco que convence ya desde la portada misma, y que muestra y demuestra que Maruta son un muy buen grupo ya desde el primer track. Además, hay que decirlo, este es un disco que no falla en nada. No estoy diciendo que sea geniales, pues no considero que sea un disco genial. Pero es un muy buen disco, de esos que no tienen fisuras, de esos que uno no se cansa de escuchar porque siempre le descubre algo nuevo. Y es de esos discos a los cuales uno no puede objetarle nada, absolutamente nada.

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