Año: 2015
Sello: Autoproducido/Independiente
País de origen: Finlandia
Esto sí que es raro. Raro, pero interesante, pues hay muchas bandas y proyectos que pretenden hacernos creer que están locos, y disfrazan sus pésimas actuaciones bajo un manto de rareza que, al fin y al cabo, sólo sirve para desnudar sus mediocridades. Este no es el caso, pues Lauri Santeri Lohi (el único responsable de todo lo que se escucha aquí) hace música extraña, pero no transmite esa necesidad de parecer raro tan sólo para llamar la atención. En todo caso, la combinación de estilos y sonidos es lo que le confiere extrañeza a este singular disco.
Charming Timur es como tomar Metal Alternativo, cosas del Shoegaze (no, no me refiero al Shoegaze Black Metal, sino al Shoegaze en sí mismo), algo de Post Black Metal aquí y allá, y hasta algún ritmo y sonido que parece tomado de algún demo de alguna banda de Nü Metal de mediados de los 90s (hay algunos pasajes introspectivos que recuerdan vagamente a Deftones, pero como si estos hubieran sido pasados por una procesadora de sonidos vieja y en mal estado). A partir de ahí, de esa mezcla, Lauri comienza a jugar con sonidos, texturas, silencios, ritmos. La gacetilla dice que este disco es algo así como un filme blockbuster de verano (sí, de esos que podemos encontrar en cualquier sala, y que invitan a comprar popcorn en cantidades para ver la película en cuestión) y no está muy lejos de la realidad. No muy lejos, dije. El motivo por el cual no digo que es exactamente eso, es porque "For The Duration of..." suena a soundtrack de un filme de bajo presupuesto en el que la historia va por carriles un poco anormales, o cambiantes, en todo caso. Es decir, todo parece salir de una misma idea, de un punto fijo de partida (la salud mental parece ser ese eje), pero, a partir de esa idea, Lauri comienza a trazar líneas, colores, formas, etc, que van mutando según el momento, según el estado de ánimo.
Lo más destacable, a mi parecer, es la capacidad de este muchacho finés para manipular los sonidos ("Flangers Effects & Velafaxine" es un claro ejemplo). El punto más débil está en el casillero de las composiciones, porque no hay tracks que uno pueda citar como los mejores. Todo suena muy parejo, y no hay grandes momentos. Sin embargo, esta homogeneidad excesiva no conspira en contra del resultado global de un disco absolutamente distinto a todo lo que escuchamos diariamente. Y es justamente ese espíritu libre y atormentado a la vez, esa necesidad de expresarse jugando con las formas y los sonidos, eso es lo que resalta en este disco, y eso es lo que le permite diferenciarse del resto.
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