Año: 2015
Sello: Dunkelheit Produktionen
País de origen: Malasia
El culto a Blasphemy parece no tener límites. Aparecen bandas que suenan igual a ellos, con la misma estética y abordando las mismas temáticas, y parece suceder día a día este surgimiento de nuevos continuadores del legado de los bestiales canadienses. Como en todo, hay de todo, aunque suene obvio. Hay desde muy buenas bandas hasta bandas realmente malas, pasando por grupos que no dicen absolutamente nada. Blasphmachine está entre los grupos rescatables, que sin ser una maravilla, logran sobresalir del montón de clones mediocres. Además de eso, y al menos en lo que va del año, han demostrado ser bastante prolíficos. Hasta la fecha, en lo que va del 2015, han lanzado este primer disco full más 2 splits (1 junto a Goatlusting Chaos y otro junto a Diabolical -Indonesia-). No escuché los splits, así que mejor me enfoco en el disco que me compete: el primer disco full de la banda de Malasia.
"Salvation" contiene todo, pero todo lo que ya conocemos y esperamos en un grupo de esta condición musical. Voces guturales llenas de odio, guitarras que escupen fuego ejecutando, como mucho, 3 acordes, minimalismo a rabiar, bases sencillas pero brutales, odio, guerra, destrucción y blasfemias al por mayor. Sí, todo lo que bandas como Blasphemy y Beherit patentaron hace más de 2 décadas ya, por lo que sería una estupidez esperar alguna novedad. Pero está bien hecho. Compactos, poderosos y explosivos en todo momento, el dúo (pues al disco lo grabaron solamente 2 integrantes) es una bola de odio incontenible que descarga su ira a través de un puñado de canciones (8 en el caso del cd y la versión digital. 9 en el caso del tape editado por Misanthropic Generation Media) que se suceden incesantemente, repitiendo fórmulas y formatos, pero sin cansar. Y eso, en una banda de este tipo, es todo un logro. O sea, que la monotonía no implique que la placa en cuestión sea algo aburrido y difícil de soportar en su totalidad, es todo un acierto. Pues bien, los malasios aciertan en eso pues le dan al disco una dinámica en la que no hay variantes, pero que se sostiene y se mueve en base al desborde de energía. Rimie (voces y responsable de las líricas) y A.P. Filthgrinder (todos los instrumentos) toman la cruz, la ponen boca abajo, y desatan una guerra impiadosa lanzando bombas nucleares contra todo símbolo sagrado habido y por haber. Y, de paso, dejan en claro que su odio es ilimitado, y nos alcanza a todos. Por suerte, la música que hacen logra transmitir eso con fidelidad, no hay que andar adivinando si lo de ellos es real o una farsa: estos tipos suenan creíbles.
Es imposible que los pueda poner en la cima de las bandas que hacen esta mezcla entre Black y Death cuadrado y apocalíptico. Hay demasiadas bandas iguales a ellos, y algunas de ellas están en el mismo nivel. Pero hacen lo suyo con honestidad, conocimiento de causa, y con más aciertos que errores. De hecho, ahora que lo pienso, prácticamente no hay errores que resaltar.
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