jueves, 16 de julio de 2015
Shrine of the Serpent - Idem
Año: 2015
Sello: Materia Prima Records/Parasitic Records
País de origen: USA
Un disco jodido hecho por gente jodida para gente jodida. Shrine of the Serpent es de lo más hijo de puta que he escuchado en lo que va del año, y creo que no es casual que así sea. Creo que a estos 3 tipos les gusta hacer música hija de puta, música jodida, densa y malvada hasta el tuétano. La vía elegida para desarrollar semejante monstruosidad es un Doom Death tan negro como mortuorio, hecho por gente que sabe cómo hacerlo. Entre los 3 responsables de este EP encontramos a Todd Janeczek (voz y guitarra), a quien los fans del Doom conocerán por su trabajo en otra banda tortuosa y lenta hasta decir basta: Aldebaran. Junto a él están Garret Hubner (batería, ex miembro de Roanoke) y John Boyd (guitarra y voz, ex miembro de Hazarax). 3 mentes enfermas haciendo música enferma. 3 mentes atrofiadas por el dolor, la oscuridad y el esoterismo, transformando acordes en magia negra, transformando ritmos en rituales fúnebres. 3 mentes para crear 3 canciones, todas extensas, e interconectadas entre sí. Esa conexión viene por el lado de la similitud entre las composiciones, algo que es absolutamente adrede, pues de esa manera logran crear una atmósfera agobiante que termina sofocando al oyente. De hecho, la sensación de ser aplastado por la música de Shrine of the Serpent se acrecienta a medida que el disco avanza, hasta alcanzar su punto más alto (más alto en cuanto a violencia, morbosidad y pesadez) con el track final, esa oda a la agonía llamada "Gods of Blight".
El primer EP de esta banda de Oregon es un deleite para los paladares propensos a degustar manjares ominosos, duros de digerir. Es de esos discos que necesitan de varias escuchadas para poder ser apreciados en toda su dimensión. Pero, a su vez, necesita de varias escuchadas para poder ser asimilado, pues el nivel de turbulencia y lentitud es tan grande, y tan asfixiante, que se necesitan unas cuantas pasadas para poder entrar y salir del negro mundo de SOFS sin caer en el pozo sin fondo que termina siendo este EP. Pues sí, el primer trabajo del trío es una caída lenta, con un final tan horrendo como predecible, pero inevitable. Y es ese horror lo que hace de este álbum algo tan adictivo. Muy bueno.
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