Año: 2015
Sello: Horror Records/Terror From Hell Records
País de origen: Italia/Suecia
Y un día llegó el tan esperado segundo disco de Hands Of Orlac. Muchos de ustedes tal vez no los conozcan ni de nombre, pero, en el ámbito del Doom metal, y el costado ocultista del Heavy Metal en general, esta banda formada en Italia y actualmente radicada en Malmö (Suecia), levantó bastante polvareda con su autotitulado disco debut. Con su Doom Metal esotérico, plagado de arreglos y referencias sonoras propias del Heavy Metal de los 70s y la NWOBHM, el quinteto sale al ruedo con un trabajo que viene a aportar otro ladrillo en la pared del Doom Metal con voces femeninas. Ya saben, en la actualidad hay muchas bandas que comparten dicha tendencia, y algunas, para que negarlo, están bastante bien (Cauchemar, Avatarium, Jex Thoth, entre otros adoradores de Black Sabbath y Coven. En especial estos últimos, justamente, por la voz femenina). Y Hands of Orlac vienen a ser parte de la élite de bandas que reúnen las características sonoras, compositivas, estéticas e ideológicas que poseen las bandas que se agrupan junto a Hands Of Orlac.
Una voz tan delicada como mágica que susurra, entona con energía, seduce, languidece y atrapa de igual manera, sin ser una maravilla como cantante, pero dotando al grupo de un aura ritualística que les queda como anillo al dedo. The Sorceress (tal es el seudónimo que usa Ginevra, la cantante, quien a su vez toca la flauta, tal como lo hacen Blood Ceremony) es el elemento más llamativo dentro del sonido/estilo del grupo, pero no es todo lo que se destaca. El resto del grupo (The Templar en bajo, The Clairvoyant en batería, y Th Puritan y Alex Moraitis en guitarras) actúan más en bloque que individualmente, aspecto que les permite sonar compactos como banda, y sin divismos. Cuesta encontrar pasajes en donde alguno de los músicos se luzca personalmente, y eso se debe a que Hands of Orlac se mueven más en bloque, sin darle mucha importancia al lucimiento personal. Y es en ese panorama tan homogéneo que The Sorceress se destaca gracias a su performance, aunque esto no signifique que lo suyo sea descollante; simplemente hace lo suyo, y lo hace bien.
"Burning" y su letanía aparece como la canción que elijo por sobre el resto, pero no es algo que deban tomar como una recomendación puntual, como si les estuviera diciendo "hey, escuchen esta canción que es una genialidad". Lo mismo que dije acerca de las performances de los intérpretes es aplicable al disco en su totalidad: sobriedad, oscuridad y homogeneidad. Tal vez esa sea la razón por la cual "Figli del Crespucolo" sea un disco muy, pero muy agradable, al cual no le caben adjetivos como "genial", "alucinante", "grandioso" ni nada por el estilo, pero que contiene la cantidad de virtudes suficientes como para que ningún fan del estilo salga defraudado.
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