Año: 2015
Sello: Independiente/Autoproducido
País de origen: Irlanda
Apenas vi el nombre y la portada, pensé en que me iba a encontrar con un grupo influenciado por Black Sabbath. No sé por qué, pero el nombre me hizo pensar en "War Pigs" y "Iron Man", los clásicos de Iommi y compañía. Pero cuando el disco comenzó, me encontré con otra cosa. Más precisamente, me encontré con un grupo de Sludge furioso, negativo y visceral que se aferra a un sonido abrasivo para llevar a cabo su masacre sonora. Una masacre que transcurre a paso lento, como debe ser, pues esto es Sludge con mucho Doom. "Precession Of The Equinoxes" es un tormento sonoro ideal para que la cabeza te explote como a Michael Ironside en la película "Scanners". Es un disco jodido y perverso, en el que las guitarras abruman con su pesadez, la voz de Baggy punza los oídos con sus gritos insanos y destructivos, y la base golpea como un gigante cayendo a la velocidad de sus pasos, pero con la fuerza de su peso.
"Precession of..." es el tercer full lenght de la banda de belfast, y por lo que escuché (antes de hacer esta reseña me puse a indagar en la historia musical del grupo, y me escuché sus dos trabajos anteriores de un tirón), es lo mejor de la banda. Más contundente, más firme, más demoledor que sus antecesores, pero igual de vicioso, igual de perverso. Mantienen la forma, el estilo está intacto, pero van un paso más allá en todas las cualidades que definen al grupo, y se potencian. Hasta la monotonía que predomina en el disco parece estar encarada de manera totalmente intencional, como si dicho elemento fuera un engranaje más dentro la tortuosa música del grupo. Las canciones se parecen entre sí, pero, al a vez, se diferencia claramente. Mejor dicho, es como si fueran hechas usando un mismo molde, pero a cada una le dieron retoques en la forma, que permite que cada canción funcione como un sucesión de su antecesora, y esta, como un adelanto de lo que sigue.
Llegan al pico de violencia en el track que da nombre al disco, un estremecedora explosión que se expande lenta, pero furibunda, arrasando en cámara lenta. Mas, seguramente, quien escuche el disco, y guste del mismo, disfrutará más del todo que de un parte puntual del mismo. De ser así, yo estoy de acuerdo, pues es lo que a mi me pasa cuando escucho este tercer disco de War Iron, lanzado de manera independiente en formato digital y CD. Si bien cuesta llegar hasta el final de la placa sin interrumpir la escucha (estamos ante un disco muy mala onda y sofocante), lo cierto es que, una vez que le agarraste el gusto, se hace mucho más fácil soportar los golpes proferidos por los irlandeses. Golpes duros, por supuesto, como buenos irlandeses que son.
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