Año: 2015
Sello: Crime Records
País de origen: Dinamarca
Thrash Metal. No hay otra etiqueta para esta banda danesa que no sea esa: Thrash Metal. Y es Thrash de la vieja escuela, claro, como la mayoría de los grupos que hoy abrazan a dicho género. En la gacetilla dice que son una banda de Teutonic Thrash, y en gran parte del disco es así. El machaque, los riffs, los ritmos, la voz de Søren Crawack, todo esto tiene una fuerte influencia de Kreator, y para ser más preciso, del Kreator de los tiempos de "Extreme Aggression". Pero no es la única influencia del grupo, y creo que eso es positivo. Veamos, la banda, en mayor parte, se centra en riffs que actúan como serruchos (no sólo por el sonido, sino también por la forma de tocar de los guitarristas), ritmos acelerados y directos, una voz quebrada y cortes rítmicos que van hacia los medio-tempos contundentes. Pero de a ratos se salen de ese molde, se animan a buscar otros horizontes, sin que esto signifique que se alejan del Thrash. En todo caso, cuando dejan de lado su principal influencia (Kreator), lo hacen para adoptar un formato musical más propio de la Bay Area. En otras palabras, tienden a tomar cosas del Metallica de los tiempos de "Ride The Lightning".
Como verán, Impalers carecen de esa cualidad llamada Originalidad. No creo que les importe demasiado a los integrantes de esta banda danesa formada en el año 2007, y que acaba de llegar a su segundo disco full, o sea, "God From The Machine". Un disco que es más intenso que novedoso (a eso ya lo sabemos todos, creo yo), poderoso de principio a fin, aunque un poco monótono de a ratos. Esa monotonía se rompe cuando Impalers deciden alejarse del Teutonic Thrash, y deciden probar con otra faceta, más melódica y sofisticada (sofisticada siempre dentro del estilo del grupo). Canciones como "The Walls of Eryx" (lo mejor del disco, por complejidad, buen gusto y variedad) y la balada a lo Metallica de "Ride The Lightning" (me refiero a "Beyond Trinity", una composición muy influenciada por Hetfield y compañía, pero bien lograda), ambas canciones erigiéndose como variaciones más que interesantes al estilo que abordan los daneses en casi toda la placa. El resto del disco es machaque, machaque y más machaque. Por momentos, te incitan a sacudir la cabeza como un demente. Por otros, simplemente suenan de fondo mientras el oyente se dedica a hacer otras cosas. Sin embargo, si debo hacer un balance general de la obra, debo decir que, y luego de haber escuchado muchos discos de la Nueva Ola del Thrash Metal, el segundo disco de Impalers no está nada mal. Podría estar mucho mejor, de eso no tengo dudas. Pero al menos no cansa, y hasta dibuja una mueca de satisfacción en quien esto escribe.
Myspace
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