Año: 2015
Sello: Infernal Kommando Records
País de origen: Finlandia/USA
La criatura de Mika Mage vuelve al ruedo con un disco que amplia los márgenes compositivos/sonoros del grupo. Para aquellos que no conocen a esta interesante banda, les cuento que Nihilistinen Barbaarisuus es la creación del músicos finlandés Mika Mage, quien se radicó en Philadelphia y tomó a ese lugar como centro de operaciones. Sin embargo, el espíritu del grupo permanece en las gélidas tierras finesas, de donde proviene gran parte de la inspiración de Mage.
Su anterior disco full, el desolador "Synkkä Tuuli" (al igual que el EP "Väinämöinen"), nos mostró una faceta de NB en la que preponderaba el dolor, la agonía y la decadencia. Con su segundo full lenght la banda de Mika demuestra que hay más que eso en su repertorio, mucho más. Por eso, en esta ocasión, la inspiración viene de un libro tradicional finlandés: el Kalevala. No son los primeros (ni los últimos) en inspirarse en dicha obra, pero sí es necesario acotar que ya desde lo lírico, este nuevo opus supone un cambio más que notable respecto a sus anteriores trabajos.
Anteriormente, NB sonaban en una vena similar a la de grupos como Coldworld o Trist, más las opresivas sucesiones de acordes en la línea del viejo Burzum. En este nuevo trabajo hay una mayor presencia de sintetizadores, a cargo de Lawrence Wallace (compañero de Mika en una banda llamada Lawrence's Creation), aportando atmósferas frías y majestuosas que tiñen de un frío azul a cada una de las composiciones. La voz de Joel Robert Thompson suena tan áspera como la música misma lo exige, y la batería de Kol Slavv hace lo suyo con firmeza, sobriedad y poder. Sin embargo, el eje es Mika y su capacidad para crear armonías tan melancólicas como estruendosas.
Antaño, sus creaciones desbordaban en dolor y morbidez depresiva. Hoy, sin perder su aura negativa, ha empujado los límites un poco más allá, y abrió el espectro para que la banda suene más madura y contundente, sin que ello implique la perdida de identidad. Es por eso que "The Child Must Die" es un disco diferente, pero la banda no lo es. Hay cambios sustanciales que obligan a pensar en la evolución del grupo buscando nuevos horizontes, pero, a su vez, ese cambio hace pensar en que las raíces de la banda siguen siendo las mismas. En otras palabras, Nihilistinen Barbaarisuus crece, pero se mantiene fiel a su naturaleza fría, sombría pero elegante. Buen disco.
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