lunes, 23 de diciembre de 2013

Uroboros - Herejía y Exilio


Año: 2013
Sello: Autoproducido/Independiente
País de origen: Argentina

Uroboros ya había pasado por el blog con su EP “Misantropía y Blasfemia”, por lo que no ahondaremos en detalles como el simbolismo detrás del nombre, pues ya fueron claramente tratados en el anterior post (el cual pueden leer varias entradas atrás). Cómo bien se había anticipado, llegó el turno del análisis de “Herejía y Exilio”, EP con el que los Argentinos completan el doblete al que apostaron este año (2013). Quien haya prestado su oído y mente al primero reseñado, bien sabrá con lo que se puede encontrar con esta segunda entrega, pero eso sí, sin caer en repeticiones ni mucho menos, aquí no hay fórmulas mágicas ni alquimia, sólo inspiración de la más siniestra, perturbadora y angustiante que los va guiando a través de la oscuridad de las composiciones sin salirse un paso del camino que serpentea el abismo, asique si gustó el primero, hacerle un espacio a este también, que sigue la misma línea pero ahonda en climas aún más turbios y lúgubres, por así decirlo. “K’Zulu” es el furibundo tema que abre la placa, sin darnos tiempo siquiera a acomodarnos nos sacude con artillería pesada para dar paso a un riff cargado de Groove que nos termina de descolocar, revisamos el reproductor y si, es Uroboros, afinamos el oído y el Groove se vuelve doom, pero sólo por un instante, porque enseguida vuelven a la carga, Death, Groove, Death, gancho y a la lona. No esperábamos tal cachetazo, al menos no de entrada. “Arcano Devorador” se construye a partir de un grueso y ganchero riff instigador de headbanging con sus variaciones machaconas pero siempre gancheras, coro mediante, para terminar con la fuerza con la que empezó, un tema que fiel al uroboros cierra perfecto y que con el contenido de sus líricas da nombre al disco en cuestión. En “Holocausto” bajan varias revoluciones, para reptar agazapados acechando la presa y comenzar la cacería marchando a medio tiempo sin apartar un momento la vista del objetivo, pisando firme para ir acelerando hasta hacer suya la víctima. Desolación, la víctima resulta ser humana y la serpiente… siempre fue serpiente, Dios y Diablo. El fin de la humanidad. La distorsión se apaga y la endecha suena por momentos esperanzadora pervirtiéndose con el despertar de los lamentos. El arranque Post es subyugado por un arrebato agresivo y doliente para finalizar el corte más largo, con más contenido y, si se quiere, más representativo de la propuesta del dúo Argentino. Por último, “Somos el Pueblo de Dios” es una pieza que comienza de carácter rituálica, con ritmos tribales, acordes limpios de guitarra, susurros apagados que desbordan de desaliento, la tensión aumenta hasta explotar en desgarradores gritos que niegan la existencia del “día después de morir”. Toda una oda a la desesperación. Arpegios limpios vuelven a retomar la calma con la certeza de que no hay vuelta atrás en este camino hacia la muerte del Pueblo de Dios, aceptado esto “sólo resta morir”. La referencia a Neurosis resulta ineludible, por lo menos para quien escribe y escucha. Si comparamos con el anterior, tanto musical como líricamente, “Herejía y Exilio” es un poco menos agresivo pero más profundo en ciertas reflexiones que “Misantropía y Blasfemia”, con una visión un tanto más “Divina” o “Teológica” que terrenal, por lo menos eso es lo que reflejan las letras. Además se puede notar una ligera mejora en el sonido, especialmente en las partes más ambientales dándole mayor nitidez a los sonidos limpios que preponderan en varios pasajes del redondo, casi ausentes en el primero. En fin, muy interesante y prometedor lo de Uroboros, sin inventar nada nuevo (nadie les pide eso), se mueven con total comodidad en estilos a los que si bien ellos están habituados, son poco frecuentes por estas latitudes. Dentro de lo nacional de lo mejor que se ha editado en el año.




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