Año: 2013
Sello: Unique Leader Records
País de origen: USA
2007 fue el año en que Pyrexia lanzó “Age of the Wicked”.
Luego de ese álbum, Chris Basile y sus muchachos se llamaron a silencio. 2013
es el año en que Pyrexia volvió a la carretera, dispuestos a romper todo, a
devorarse todo a su paso, cual bestia hambrienta. Pyrexia está de regreso con
un disco que es, a mi entender, uno de los puntos más altos en la historia de
la banda. Si bien la discografía de Pyrexia no es muy grande (4 full lenght en
23 años), ninguno de estos trabajos merece un calificativo menor a Bueno. De
hecho, el disco debut del grupo, el seminal “Sermon Of Mockery”, es uno de los
trabajos más importantes e influyentes en la historia del Death Metal. Pues
bien, creo que no exagero si digo que “Feast of Iniquity” es el mejor disco de
Pyrexia en 20 años. Desde el track que abre el disco, esa bomba atómica llamada
“The Pendulum”, hasta el final del álbum con “The Feast”, el grupo comandado
por Chris Basile da una soberbia cátedra de Death Metal aplastante, técnico y
moderno, pero sin perder de vista la esencia de uno de los pilares del New York
Death Metal. Pyrexia siguen siendo ESA BANDA, ese grupo increíblemente brutal
que desquició a miles de maníacos en los 90s, pero, a su vez, continua
evolucionando álbum tras álbum, incorporando elementos que permiten a su música
no estancarse. Y dentro de esa línea evolutiva que comenzó con “System of the
Animal” (1997), este nuevo trabajo viene a ser la cumbre de esa evolución. El
principal responsable de esto es su alma mater, el señor Chris Basile, quien
toca la guitarra y el bajo, compone, se carga el grupo sobre sus espaldas y lo
conduce hacia la victoria. Otro de los pilares es uno de los baterista que
grabó éste álbum, el gran Dave Culross, quien, como era de esperarse, hace lo
que quiere con su instrumento en los tracks 1, 3, 7 y 10. El resto de la banda (Shaun Kennedy, Doug Bohn y
Eric Shute) demuestran porqué fueron elegidos por Basile para ser parte de una
banda legendaria como Pyrexia.
“Feast of Iniquity” es brutal sin caer en el recurso de
tocar Blast Beats todo el tiempo, sin la necesidad de copiarse a sí mismos con
el pretexto de “mantener la esencia intacta” (jamás han intentado repetir lo
hecho en aquel glorioso debut). “Feast of Iniquity” es oscuro sin poses artificiales,
sin caer en la trampa en la que caen muchos grupos que pretenden ser oscuros
desde la pose exagerada, olvidándose de que la oscuridad emana de la música, y
que esta nace desde lo más profundo de las mentes/corazones de sus creadores.
Pyrexia son técnicos, poseen una destreza asombrosa en el manejo de sus
instrumentos. Pero jamás cometen el error de privilegiar el lucimiento personal
por sobre las canciones; en este caso, la técnica está al servicio de la
música. Y, para ir cerrando, los neoyorkinos demuestran que la trayectoria
tiene su valor agregado, que a la hora
de entrar al estudio de grabación, estos tipos tienen conocimientos,
experiencia y talento suficiente como para dejar en ridículo a muchas bandas.
Pyrexia nunca fueron un grupo prolífico. No tiene nada de
malo, en este caso, pues Pyrexia es sinónimo de calidad, no de cantidad.
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