Año: 2013
Sello:
Traumatic Records
País de
origen: Argentina
Primero que
nada, celebro que este sello, Traumatic Records, llegue a su segunda edición, y
celebro que este segundo lanzamiento posea el mismo que nivel que el split
“Death Unification”. Celebro, también, que el sello apueste a lanzar bandas del
Underground, pues eso demuestra que los muchachos arriesgan, no se inclinan a
favor de lo fácil, de lo seguro. Sacar al mercado el disco debut de un grupo
joven y no muy conocido es una clara muestra de que no hay intenciones de ser
conformistas. En cuanto a la banda en sí…no me rompen la cabeza. Pero, acaso
buscaba eso? No, nunca cruzó por mi mente encontrarme con un grupo que me deje
boquiabierto. Había escuchado algo de Rising Crypts y me había gustado. Mis
expectativas se centraban, justamente, en ver si esa canción que había
escuchado como adelanto era un fiel reflejo de lo que es el material del grupo
en cuanto a calidad y energía. Precisamente, he allí los 2 puntos más altos de
Rising Crypts. Salvo en el track “El Regreso de la Family Game ” (el formato
Noisecore/Grind caótico no les queda bien. Lo de ellos es el Death Metal
marchoso, con mucho groove y buenas melodías, pero sin llegar a ser Death
Melódico), el resto de las composiciones exhiben un nivel homogéneo, que jamás
baja de cierto nivel, siendo gran parte del material merecedor de la
calificación Bueno, a excepción de “Detrás de los Ojos”, un verdadero temazo
que rompe con la homogeneidad reinante, para elevar el, ya de por sí, buen
nivel del disco. El otro punto álgido es la energía. Si algo sobresale a lo
largo de la placa, es la fuerza con la que estos rosarinos tocan sus
instrumentos. Mención especial para Juan Manuel Staffora, un baterista dueño de
un golpe criminal y certero. Agustín Herrera y Martín Moya (guitarras) no sólo
cumplen su faena sin fisuras, sino que hasta se atreven con excelsos pasajes
acústicos, además de aportar interesantes juegos de guitarra que rompen con los
moldes preconcebidos acerca de lo que un guitarrista de Death Metal debe hacer.
Los otros 2 miembros (Lisandro Leyria en bajo, y Lukas Matías Ferreyra en voz)
aportan lo que deben aportar, sin descollar, pero haciendo todo lo que hay que
hacer para que la banda suene aceitada y aguerrida.
No sé si
alguna vez llegarán a ser un gran grupo o no, no es mi intención hacer
futurología. Hoy por hoy, son un buen grupo, promisorio y con mucho camino por
delante. Este primer disco full (anteriormente grabaron un demo y un disco en
vivo) nos permite saber que tienen calidad suficiente como para dejar de ser un
grupo interesante y convertirse en un muy buen grupo. Está en ellos hacerlo, o
no. Por lo pronto, que una banda diferente a la mayoría de los grupos death
metaleros argentinos llegue al primer full lenght, y que lo haga de la mano de
un buen sello, es algo como para ilusionarse.
2 comentarios:
Como siempre 100 % de acuerdo con tu reseña. El groove de esta banda dejó por el suelo mis expectativas, que la banda no tiene porqué cubrir.
Ya desde la tapa se nota que la propuesta es diferente a lo que conocemos como death metal. Un buen disco pero para quienes buscan "una vuelta de tuerca" al death meta y no para quienes buscamos el metal extremo cabeza.
A mi me entretiene esta banda, pero no me rompe la cabeza. Lo que no entiendo es porque usan la etiqueta Grindcore para clasificar su música. Esto está muy lejos del Grindcore. Saludos
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