Año: 2013
Sello: Immortal
Frost Productions
País de
origen: Italia
Llevaba
mucho, pero mucho tiempo sin escuchar Post Rock, Post Metal y cosas similares.
Si bien son estilos que me gustan, y en algún momento de mi vida los escuché
con asiduidad, lo cierto es que llegaron a cansarme. Pero, debo admitirlo,
bandas como Mogwai, Red Sparowes y Pelican me acompañaron –musicalmente-
durante unos cuantos años. Oh casualidad! Australasia es el nombre de uno de
los mejores discos de Pelican, y es el nombre de la banda italiana que hoy nos
ocupa. Y sí, Australasia hacen Post Rock y Post Metal, tal como era de
esperarse. Pero, y al contrario de lo que me ha sucedido durante estos últimos
años con muchas de las bandas que hacen algo similar, Australasia no aburren. No
sólo eso, me gusta lo que hacen. Así como pueden crear pasajes sonoros
melodramáticos, como si se tratase de la banda sonora de un film dramático,
pueden pintar paisajes en donde la mente encuentra la paz necesaria como para
abstraerse de la infernal rutina diaria, o bien, arremeten –por momentos- con
una intensidad controlada, pero poderosa, llena de energía y brillo. Siempre
privilegiando la melodía, atinando con arreglos provistos de buen gusto, y
animándose, de a ratos, a despegarse de la monotonía que desde hace un tiempo
se había apoderado de la mayoría de las bandas del estilo. Incluso se atreven a
meter matices más propios del Shoegaze Black Metal, pero sin adentrarse de
lleno en ese terreno. En realidad, Australasia toman cosas de un estilo u otro,
los usan, sacan provecho de la utilización de determinadas herramientas, pero
no se enceguecen, no se fanatizan con esos elementos hasta caer en un
dogmatismo innecesario, y que, tratándose de un estilo musical como el que
practican, no haría más que convertir a Australasia en un bodrio. Por el
contrario, todo lo que está a su alcance, es utilizado por estos talentosos
músicos sin caer en excesos, y sin repetirse hasta aburrir.
Todos los
traces incluidos en este álbum tienen su encanto, particularidades que hacen
que el oyente deba prestar debida atención a cada una de las canciones. Tal vez
“Apnea” sea la canción que más me atrajo de manera inmediata. Pero, y a medida
que uno escucha el disco, la sensación de estar ante una obra homogénea en la
que cada parte forma parte de un todo se apodera del oyente. “Vertebra” es eso,
un disco en donde los elementos funcionan armoniosamente, todos trabajando en
pos del todo y no individualmente. No me parece que “Vertebra” sea una obra
maestra, para nada. Pero sí creo que es un trabajo agradable, inteligente y
auspicioso. Y, de paso, hizo que quien esto escriba vuelva a escuchar estilos
que tenía olvidados.
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