Año: 2013
Sello: Torn
Flesh Records
País de
origen: Francia
¿Alguna vez
imaginaste que ibas a escuchar una versión Ambient de “You Suffer”, el clásico
de Napalm Death? Yo tampoco. Pero resulta que esa versión existe, y el
responsable se llama Arnaud Barbe. Su proyecto/banda/como quieran llamarlo, se
llama Pollux, y, en mi caso, no tenía ni idea de su existencia. Pero resulta
que los amigos de Torn Flesh Records pusieron este disco (y otros más) para
descargar gratuitamente desde el website del sello, y como lo que leí me
resultó interesante, pues me descargué el álbum. Debo decir que si bien Pollux
no es lo mejor que he escuchado en materia de Noise/Ambient y similares, lo
hecho por Arnaud resulta tan oscuro e inquietante, que termina siendo atractivo
para quien esto escribe.
“Extinction”,
si no leí mal, está conformado por tracks extraídos de splits y compilados en
los que Pollux ha participado. Son 7
composiciones llenas de desesperación, violencia y oscuridad, generado todo
esto en base a sonidos tan etéreos como inhumanos, tan abismales como
alienantes. Pasa de los ruidos más caóticos a ambientaciones que abandonan el
Noise para adentrarse en el mundo del Industrial (el costado más Ambient del
estilo), o bien, dentro de lo que conocemos como Drone (no Drone Doom, no
confundirse). Es decir, música que de carácter más bien cinematográfico, o que
sería muy útil para acompañar la lectura de un libro de horror o ciencia
ficción. Incluso me atrevo a decir que este disco sería una más que interesante
compañía, y hasta ayudaría a inspirar, a un escritor circunscrito dentro de los
géneros literarios antes citados. Cómo sea, “Extinction” crea imágenes mentales
a base de sonidos creados por una mente para nada convencional en lo referente
a lo musical.
Acá no hay estructuras
tradicionales, no hay ritmos de ninguna índole, ni si quiera hay métricas
convencionales. O, en todo caso, esto puede ser catalogado de convencional por
aquel que acostumbra a escuchar este tipo de música a diario, mas no por el
individuo que suele esquivar este tipo de creaciones. Más allá de si Pollux es
una cosa u otra, su música no es para ser escuchada ni apreciada en cualquier
instante del día. Hay que estar en un estado mental particular para adentrarse
en el digital y sombrío mundo de Pollux. Cada uno sabrá cuándo es ese momento.
Yo, por lo pronto, elijo escuchar este disco en soledad, a oscuras.
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