Año: 2011
Sello: Grindcore Karaoke
País de origen: USA
Experimentar libremente con los sonidos y las estructuras no
es algo que pueda ser hecho por cualquiera. Si nos enfocamos específicamente en
estilos como el Noise y el Industrial, e incluso el Ambient (en cualquiera de
sus variantes), los resultados, en caso de ser positivos, suelen ser porque
detrás de lo que uno escucha hay gente que sabe qué es lo que hace. En el caso
puntual de Peacemaker, no hay dudas, los implicados en el asunto la tienen muy clara.
¿Quiénes son los responsables? El principal responsable es el gran Richard
Hoak, baterista de Brutal Truth y mente maestra detrás de Total Fucking
Destruction, además de ser parte de los rockerísimos Old Head, y de haber
puesto su talento al servicio de los demenciales Exit-13. Con ese currículum,
es probable que pienses que en medio de todo esto hay algo de Grindcore. No, no lo
hay. Como ya dije antes, esto es Noise/Industrial/Ambient, hecho con mucha
clase, bien retorcido y con todos los ingredientes que hacen que este tipo de
obras resulten atractivas. Peacemaker suena opresivo, pero a la vez tiene esa
cosa cósmica, ese toque tan singular que te hace sentir como si fueras una
simple partícula en medio del inmenso cosmos. De hecho, “Peace Is The Victory” es,
a mi parecer, un disco ideal para escucharlo mientras lees “Un Punto Azul
Pálido”, el fabuloso libro de Carl Sagan. Y es que las composiciones son
verdaderos viajes por el universo (o multiverso). Un viaje que por momentos se
torna oscuro; pero es así como debe ser, pues es esa la esencia de estos
estilos tan poco convencionales. Poco convencionales, pero geniales si están
bien hechos. Y el señor Hoak demuestra que no sólo es bueno haciendo Grindcore:
también lo es incursionando en géneros que, a mi entender, representan un
desafío grande, pues al carecer de estructuras clásicas/tradicionales, al no
poseer el típico formato de canción que todos conocemos, el artista debe
experimentar no sólo con los sonidos, sino también con las atmósferas, y,
esencialmente, indagar en lo más recóndito de su mente. En definitiva, es allí
donde se encuentra el universo sonoro que luego servirá para crear imágenes.
Imágenes que son fundamentales para que la mente del oyente entre en sintonía
con la obra. Richard Hoak y William Nuckols toman los sonidos, y los
transforman en atmósferas e imágenes, y lo hacen realmente bien. Además,
resulta más que interesante escucharlo a Hoak haciendo algo distinto y alejado
del Grindcore.
¿La paz es la victoria? Seguro que sí. Y el viaje hacia esa
victoria comienza aquí.
Data extra: el booklet digital fue hecho por Jay Randall (Agoraphobic Nosebleed, entre otros)
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