Año: 1990
Sello:
R.K.T. Records
País de
origen: Inglaterra
Inglaterra
es la tierra madre del Crust y el D-Beat. Eso está más que claro, y discutirlo
es una necedad. Es tan claro esto, que ni siquiera voy a ponerme a citar los
nombres de los grupos que crearon esta movida. Así que vamos al grano
directamente.
En 1989, 2
grupos británicos amenazaban con romper todo. Unos, llamado Hellbastard, venían
ganando terreno en la escena del Crust en base a buenos discos, shows calientes
y, por sobre todas las cosas, una credibilidad ganada a pulso. Además de eso,
fueron los creadores del término Crust. No, no fueron los padres del Crust,
pero sí crearon el término. A la par de ellos había un grupo de Death Metal
llamado Energetic Krusher, quienes venían de sacar su disco debut. Su Death
Metal coqueteaba con el Crust de bandas como Antisect y demás, pero sin
alejarse del Death más primitivo. La cuestión es que en 1989, integrantes de
ambas bandas decidieron dar vida a un grupo de Crust/D-Beat con claras
influencias del Thrash de bandas como Sacrilege (los ingleses) y el Crossover.
El resultado fue Hellkrusher, nombre que deriva de unir los nombres de
Hellbastard con Energetic Krusher. Y al año de haberse juntado parieron este
discazo de la gran puta madre, una de las grandes obras maestras en la historia
del género.
Imaginen
una cruza entre Discharge con lo más violento de The Exploited y The Varukers,
más un sonido incandescente en la vena del primer disco de Sacrilege, con riffs
que colindan con el Thrash de a ratos, el Crossover de a otros, y una furia que
contagia e incita a la violencia. Eso es “Wasteland”, una placa fundamental, un
clásico de antología que hasta el día de hoy, eriza la piel al escucharlo.
Curry (batería), Scotty (guitarra), Ali (voz) y John (bajo) demuelen los
cimientos de una sociedad hipócrita y enferma a base de canciones virulentas y
veloces. Cada track es la continuación perfecta del anterior, y el prologo
ideal para lo que está por venir. Todo es tan apocalíptico, todo es tan
incendiario, que es casi inevitable imaginar a Londres (o cualquier ciudad del
mundo, según el caso) en llamas, con la policía enloquecida persiguiendo a
turbas de anarquistas, y los gobernantes y secuaces con sus rostros
desencajados ante semejante caos. “Wasteland” es un culto a la libertad
absoluta. Es un escupitajo en la cara de la Autoridad. Es una patada en los
huevos de una sociedad que se queja y patalea cuando sus elegidos los
traicionan, pero que mansamente acuden al llamado de las urnas cuando se les
prometen fantasías. “Wasteland” es el disco que tenés que escuchar si sos
amante de los sonidos más anárquicos del Punk. Hellkrusher es una de esas
bandas que no podés no conocer, si lo tuyo es la música dura de verdad. Y
cuando digo Música Dura de Verdad, me refiero a música hecha por tipos
realmente enojados, que usan la música como vehículo para descargar toda su
ira, que usan las letras para decir todo aquello que pocos, muy pocos se
atreven a decir. O sea, nada de historias de horror fantasioso, ni nada que se
le parezca. La realidad, amigos, la puta realidad. Eso es lo que vemos a través
del prisma de Hellkrusher. Y eso es lo que muestran con su furiosa música. Y si
la realidad, tan cruda y jodida como es, es la fuente de inspiración de discos
como éste, pues que siga siendo una mierda esta realidad.
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