jueves, 12 de julio de 2012

Hellspawn - The Great Red Dragon


Año: 2012
País: Polonia
Sello: Wydawnictwo Muzyczne Psycho

Otro buen grupo polaco manejado por Godz Ov War Productions. Otro buen grupo extremo para sumar a la lista de bandas a seguir. Hellspawn es otra buena sorpresa, una de las tantas que está dejando el 2012, y otra de las tantas buenas agrupaciones de Polonia. A diferencia de los grupos que hemos comentado en estos últimos días (Embrionical y Sphere) los Hellspawn hacen un Death Metal más Old School, más directo y satánico. Ponen el foco en la agresividad y la velocidad, sonando realmente salvajes. Ojo! Hay muy buena técnica, como era de esperarse (es una sana costumbre de las bandas polacas: poseer buenos instrumentistas). Pero lo de ellos no pasa por el derroche pirotécnico de escalas y cortes y demás, sino por la furia. Una furia casi incontrolable que pone al oyente contra la pared y no lo suelta hasta que haya terminado el último diabólico acorde. Influenciados por Angel Corpse y Diabolic, más arreglos muy interesantes que recuerdan a Morbid Angel, los de Wielun muestran sus credenciales con hidalguía, y dejan un buen sabor en la boca en tan sólo 27:31 minutos. Sí, un disco realmente breve. Pero lo que tiene de breve lo tiene de contundente. Contundencia que es sostenida por una batería infernal, a cargo de Robert Kolman, y que sirve de cimiento para la andanada de riffs endemoniados, aportados por Daniel Drosinski y Marcin Garyga. La voz y el bajo corren por cuenta de Mariusz Konieczny, un tipo realmente capaz, quien además de tocar el bajo y cantar, hace las veces de ingeniero, además de encargarse de la mezcla y el mastering del disco. Es decir, Hellspawn no es un grupo de improvisados que andan por la vida probando suerte. Son 4 tipos que saben lo que quieren, y hacen lo que deben hacer para llegar a su meta. Es por eso que este “The Great Red Dragon” suena tan bien, amalgamando lo mejor del Death Old School con partes del Death Metal más moderno y brutal de manera efectiva.
Hellspawn van por la buena senda, y corren con una gran ventaja que los convierte en un grupo para no perder de vista: tienen muy buenos músicos. 


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