Diagnose: Lebensgefahr - Transformalin

Año: 2007

Sello: Autopsy Kitchen records

País de origen: Suecia

Nattram es todo un personaje. Siniestro, torturado, psicótico, peligroso en ocasiones, pero tremendamente talentoso. Un personaje que inquieta, que despierta sensaciones encontradas, pues a su innegable capacidad como músico, se le opone su inocultable trastorno mental, el mismo que lo inspiró para componer el genial “Death – Pierce Me” de Silencer, el mismo que hizo que termine internado en un manicomio, y el mismo que lo llevó a crear esta monstruosa colección de horrores mentales, concebidos durante su estadía en el centro de Rehabilitación Mental, como forma de terapia, como una manera de hacer catarsis y liberarse de los demonios de su peor enemigo: él mismo.

Pero ¿Qué ofrece Nattram con esta nueva creación de su oscura mente? Industrial, amigos, Industrial en varias de sus formas. Industrial en la veta de Throbbing Gristle, Industrial Ambient cercano a Lustmord, Marcial Industrial del mejor (“Situazion: Lebensgefahr”), algo de Drone colándose por los más recónditos rincones del disco, y momentos de Psicodelia enfermiza, opresiva. Todo lo que una mente inconformista y perversa como la del sueco puede engendrar, todo se encuentra condensado en un disco inaccesible para el oído no acostumbrado a estas estructuras tan poco convencionales, provocando esa sensación de claustrofobia propia de un estilo que todos (o casi todos) conocen, pero que muy pocos se han animado a conocer a fondo.

No esperen Black Metal, ni Depressive Black, ni nada que se le parezca. En esta nueva aventura, Nattram abre su pecho y deja que los sentimientos más lúgubres de su ser florezcan con naturalidad asombrosa. Abre su mente y nos muestra espantosas visiones que, si bien no están lejos de lo que mostró junto a Silencer, poseen otro tipo de horroroso encanto anormal, tan anormal como su creador. Es decir, es Nattram, un tipo controvertido, pero que como artista, a no negarlo, es genial. Personalmente, no es alguien que me caiga muy simpático. Pero por contraposición, su arte me resulta sumamente cautivante. Ya sea con Silencer, ya sea con esta fabulosa nueva incursión –ahora de manera individual- el sueco jamás defrauda. Será que hay que comenzar a mantenerse más al tanto de sus creaciones –esporádicas- antes que de sus andazas como psycho.