Año: 2007
Sello: Blackseed Productions
País de origen: Noruega
Beastcraft nacieron en el país correcto, pero en el momento equivocado. Esta banda debió haber surgido en los 90s, en la primera mitad de dicha década gloriosa para el Black escandinavo, década en la que el mismo se definió como género, y más que eso: como movimiento. Beastcraft hubieran sido apreciados de otra manera si hubieran sido parte de esa movida. Pero no, aparecieron recién en el 2003, 10 años después de que el Black nórdico explotara con fuerza inusitada. ¿Eso resta méritos a la propuesta de Beastcraft? A mi no me parece que suceda eso, pero si creo que pierde impacto lo hecho por estos acérrimos guerreros del Black más Grim. Un sonido Necro, realmente inmundo y precario. Voz desgarrada, como si fuera una arcada seguida de vómito. Guitarra sucia y aguerrida, un amplificador reventado, bajo distorsionado y una batería que va al grano, sin ambages ni grandes arreglos. Composiciones que recuerdan al primer Burzum, al Darkthrone de “Transylvanian Hunger”, a Gorgoroth o a Beherit, indistintamente, buen manejo de de las atmósferas, y una constante oda al satanismo a ultranza. No hay muchas ideas, ni hay novedades: es todo muy parejo, siempre apegados al manual del Black de aquella época en aquel lugar, y listo. Entretienen, claro que sí, y lo hacen gracias a que los tipos hacen lo suyo con honestidad, con conocimiento de causa. Pero no busquen más que eso, pues no hay nada que no sea justamente eso: Black nórdico ortodoxo, sin muchas variantes ni muchos menos sorpresas. O sea, Beastcraft es una banda nacida para mantener viva la llama de una forma de hacer y sentir el Black Metal, y bajo ningún aspecto están interesados en salirse de sus carriles. Y está bien que así sea, pues en definitiva, es lo que ellos aman, es lo que siente, y seguro que esto es lo que les gustaría escuchar por parte de las nuevas bandas blackers. Honestidad pura le dicen.
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