lunes, 19 de diciembre de 2011

Purtenance - Member of Immortal Damnation


Año: 1992
Sello: Drowned Productions
País de origen: Finlandia

Finlandia aportó bandas realmente buenas a la causa del Death Metal. Funebre, Adramelech, los primeros Amorphis, los primerísimos Sentenced, Demilich, Ripikkolu, y quienes hoy nos ocupan, Purtenance, son algunos de los nombres destacados dentro de una escena que fue más influyente de los que muchos creen. Características destacables del Death finés: sonido grave, voces de ultratumba, predisposición para los cortes lentos tipo Autopsy seguidos de furibundas sacudidas a toda máquina, riffeo tétrico, buenas melodías, doble bombo constante (aun en las partes lentas a la Obituary) y una visión más emocional y racional a la vez de los horrores que suelen describir las bandas de Death Metal,  como sello distintivo, entre otras cualidades. Purtenance, sin ir más lejos, poseían todas esas cualidades, pero metían detalles entre las piezas que, con el paso del tiempo, y tomando la perspectiva que nos da el paso del mismo, eran ciertamente unos vanguardistas en algunos aspectos. Por ejemplo, acá van a encontrar varios Deathdowns (equivalente Death metalero de los Breakdowns del Metalcore), de esos que hacen furor en el Slam y el Brutal Death en general. Tocados de manera un poco rústica, sin pulir, usándolos como un argumento bastante novedoso para la época (de ahí que no suenen muy pulidos), los Purtenance aprovecharon dicho recurso para darle otro matiz a su Death netamente finés.
Algún fan del Brutal Death más moderno, al escuchar este disco, podrá hacer miles de objeciones en contra de la técnica, la precariedad del sonido, y sobre todo, el hecho de que se trata de un disco que es imposible de no identificar como propio de una época. Ninguna de esas objeciones –de hacerlas alguien- podría ser tomada en serio. Purtenance, si bien fueron un grupo ligado a un momento y un lugar de la historia, encontraron la manera de usar herramientas usadas por todos, pero en este caso, para acrecentar la opresiva densidad de las partes lentas, a veces un poco traídas de los pelos, pero claramente puestas para potenciar la brutalidad de los momentos más veloces. Y ojo, que cuando pisaban el acelerador, te asesinaban y te sepultaban en el mismo movimiento. Para muestra, acá tenés el único disco full que editaron estos fineses, muy buenos en lo suyo, y por sobre todo, fieles exponentes de una movida fabulosa.

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