martes, 20 de diciembre de 2011

Blood Mortized - Idem


Año: 2009
Sello: Vrykoblast
País de origen: Suecia

Escuchás 2 acordes y te das cuenta de que Blood Mortized son suecos. Sí, hablamos de Swedish Death Metal, amigos, y del bueno. Apenas escuchás el sonido de la guitarra te das cuenta de que son suecos y de que aman al Death de Estocolmo, de eso no quedan dudas. Pero apenas el disco empieza a avanzar, también te das cuenta de que hay matices que hacen de Blood Mortized una banda distinta dentro del revival death metalero con sonido noventoso (principios de los 90s, claro). A saber, los muchachos utilizan recursos tales como ritmos más lentos, dejando al Blast Beat como un recurso ocasional y no como algo que se repite a lo largo del disco. Algunos riffs y melodías son de neto corte épico, simil Amon Amarth, algo que queda en claro en el segundo track, “Devil´s Vengeance”, con un estribillo de lo más emotivo. ¿Dije Amon Amarth? Si, y no es casual que la influencia de dicha banda se haga presente ocasionalmente dentro de la propuesta de BM, pues Anders Hansson fue guitarrista de los vikingos suecos (grabó demos, un Ep y el primer disco), por lo tanto, trae consigo una carga melódica considerable, además de ser un fabuloso guitarrista (en serio: escuchen lo que toca éste tipo, es increíble su buen gusto). A su par está Mattias Borgh en batería, aportando la cuota de dureza justa con sus furibundos golpes, metiendo ritmos rockeros, lentos rápidos, y todo lo que sea necesario con tal de abrir el abanico rítmico de un grupo muy interesante. Claro, Mattias no es ningún improvisado, pues es el baterista de los legendarios Crypt Of Kerberos y percusionista de los etéreos (y geniales) Arcana. Luego viene el vozarrón de Mattias Parkkila, un tipo que tranquilamente podría haber cantado en el “Like An Ever Flowing Stream” de Dismember o en el “Clandestine” de Entombed, pues posee ese tipo de voz cavernosa y poderosa típica de los vocalistas que grabaron discos fundamentales como los citados. Y no olvidemos a Benny Moberg, el socio ideal de Hansson, conformando entre los 2 un tándem excelente.
Eso sí, cabe aclararlo: si buscás brutalidad a cualquier precio, violencia inusitada y ruido porque sí, olvidate de Blood Mortized. Lo de ellos es puro y malvado Death sueco, sí; pero también es melódico cuando la canción lo amerita, lento en gran parte del disco (o más bien, digamos que abundan los medio tiempos), y portentoso durante toda la placa. Pero con clase, mucha clase y buenas ideas. Es por eso que esta placa es muy recomendable, sobre todo para los que gustan de escuchar buen Death.  

No hay comentarios: