jueves, 27 de julio de 2017

Bathsheba - Servus


Año: 2017
Sello: Svart Records
País de origen: Bélgica

Vamos con un disco que me ha provocado sensaciones encontradas de principio a fin. Aclamado por parte de la crítica, y amado por muchos de los fans del Doom Metal, y en particular por los fanáticos de la etiqueta de moda, que ya va en caída, el Occult Doom, el primer larga duración de Bathsheba está encabezando varias listas hechas por medios especializados, en las cuales se lo pone como uno de los mejores discos del año, o al menos, como una de las revelaciones del 2017. Permítanme disentir con todos ellos, desde ya. Es que "Servus", así como tiene detalles, aspectos puntuales que son absolutamente geniales, también tiene otros puntos que me parecen bastante flojos.
¿Vayamos a lo bueno primero? El sonido del primer full lenght de la banda belga es impresionante. Un sonido enorme, pesadísimo pero prístino. Profundidad en todos los detalles, fidelidad alta que permite apreciar hasta el más mínimo detalle. 10 puntos sobre 10 posibles para la producción, la cual corrió por cuenta de Jeremy Bézier, quien grabó, mezcló y masterizó la placa de manera estupenda. Por cierto, Jeremy fue miembro de Enthroned y Hybrid Viscery.
Otro punto alto puede encontrarse en la aplastante performance de Jelle Stevens, un baterista con una fuerza increíble, precisión y sangre caliente. Por mucho, el alma del sonido del grupo. Además, el resto del grupo suena ajustado y convencidos de lo que hacen, y eso no es poco.
Me permito agregar a la lista de virtudes a la segunda pista del álbum, la excelente "Ain Soph", en donde la banda va más allá del Doom Metal ocultista y sofocante, y se mete en terrenos menos convencionales, experimentando con sonidos, texturas e ideas desafiantes (¿es un saxo lo que se escucha en esta canción?). Además, hay riffs, a lo largo del disco, que merecen que uno preste atención, y los coqueteos con el Sludge no son nada desacertados. Pero, debo decirlo, hay otras cosas que me impiden disfrutar del disco y las voy a detallar ya mismo.
Bathsheba me aburren, no en líneas generales, pero me aburren. Así como les encuentro virtudes específicas, también encuentro momentos realmente aburridos, carentes de imaginación y frescura. Prometen desdibujar límites, ampliar horizontes, desafiar al oyente cuando se animan a salirse de los moldes. Pero, lamentablemente, eso es más bien parte de esfuerzos aislados que la banda realiza y cuyos resultados permiten apreciar cualidades que, creo yo, deberían aprovechar a fondo y no contentarse con usar dichas cualidades para sorprender o cautivar al oyente de a ratos, para luego tirarse de cabeza al lodo del convencionalismo propio de éste estilo tan quemado hoy en día. Y esto viene a cuento porque Bathsheba son una banda de Doom con una cantante (una buena cantante) femenina, algo que hoy en día es moneda corriente, como así también es moneda corriente que muchas de las bandas doomsters que cuentan con una mujer a cargo del micrófono, caigan presos en sus propias trampas. Seamos sinceros, y por favor, no me vengan con acusaciones de machismo ni nada relacionado con eso, pero ¿cuántos grupos con estas características tienen algo realmente importante y/o novedoso para decir? Pocos, realmente pocos. Se obnubilan buscando sonar místicos, oscuros y endiablados, y en muchos casos, se olvidan de hacer buenas canciones. Bathsheba, por momentos, tan sólo por momentos, se salen del molde y logran crear cosas muy interesantes. El resto del tiempo se dedican a ser más de lo mismo.
Si no fuera por la producción, y porque los belgas son realmente talentosos, aunque muestren su potencial en cuentagotas, diría que "Servus" es uno de los discos más sobrevalorados del 2017.

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