Año: 2017
Sello: Wolf Force Corporation
País de origen: Finlandia
Un finlandés obsesionado por el Synthwave de los 80's, por las bandas sonoras de series como "Miami Vice" y las películas futuristas de dicha década, los filmes de los 80's que tenían temática y ambientación futurista. Sintetizadores a granel, ritmos bailables a morir y una onda retro-80's que no deja espacio a la duda pues ya queda en claro la inclinación sonora y estética de Anvil Strykez apenas vemos la portada.
Cyborgs, calles de neón, el Technicolor, "Blade Runner", "Terminator" (la primera), autos que transitan por calles aéreas, mundos distópicos y una sociedad controlada por las máquinas. Basta con ver el look de éste finés, vestido de elegante sport, para darse una ideal cabal de por dónde van las cosas aquí. Le llaman retro-future al estilo, por cierto, y no le queda nada mal la etiqueta.
El disco comienza con "Neon Streets" y apenas comienza la canción, uno siente la necesidad de levantarse y bailar alocadamente, como si uno estuviera en una Disco en los 80's, usando pantalones pinzados, saco sport a tono, remera y el pelo peinado hacia atrás. El ritmo febril y el gancho irresistible hacen de esta canción la ideal para abrir la placa. "Exterminators" sigue la misma línea, pero haciendo que uno se sienta como si estuviera en una sala de cine viendo alguna película de cyborgs...una película de clase B, claro.
"Cobra" suena más acompasada, más relajada, pero igual de maquinosa. Si alguien pensó, al leer el título de la canción, en la película protagonizada por Sylvester Stallone, pues pensó en lo correcto. "Metropolis" es Synthpop de primera línea, con un estribillo memorable y, nuevamente, un ritmo que provoca bailar la canción de punta a punta.
"High Speed Cyborgs" nos lleva de nuevo al comienzo del disco, mientras que "Night Blades" trae a mi memoria algunas escenas del filme de John Carpenter "Escape from New York". Llega la extensa e hipnótica "Voyager and the Birth of Time", con un bajo de sonido latoso (marca registrada de los 80's), capas y capas de sintetizadores, una guitarra distorsionada que surge de golpe para darle el toque rockero, una voz fría pero sensual -de mujer- que relata antes que cantar, y una base rítmica machacante y firme que le abre paso a una canción que tranquilamente podría haber usado Ridley Scott para musicalizar alguna escena de "Blade Runner". Fin del disco y yo ya estoy babeando.
Ok, ya sé que yo soy de los que viven pidiendo cosas nuevas y sorprendentes. Ya sé que soy de los que claman abiertamente que los músicos actuales deben ponerse a mirar hacia adelante y dejar de fijar sus miradas (y oídos) en el pasado. Pero, qué más puedo decir, este disco me desarmó. Y es que crecí escuchando esta clase de Synthpop o Synthwave, o Retrowave, o como mierda quieran llamarlo. Los sintetizadores, las baterías programadas, las atmósferas futuristas de los 80's, Gary Numan...crecí con todo eso, este tipo de música es parte de mi vida. Y de golpe, abro mi cuenta de e-mail y me encuentro con esto...no hay manera de resistirme al encanto del álbum autotitulado de éste finés. No puedo, ni quiero resistirme, como así tampoco quiero dejar de escucharlo. Ni aunque lo intente puedo hacerlo. Me fascina.
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