domingo, 4 de junio de 2017

Lock Up - Demonization


Año: 2017
Sello: Listenable Records
País de origen: UK

Nunca pude engancharme del todo con Lock Up. Cada uno de los esfuerzos anteriores de la banda creada por Shane Embury, y que es a todas luces un supergrupo, me resultaron, y al día de hoy me resultan, muy entretenidos. Mas, jamás encontré en Lock Up las bondades musicales que muchos fans de la música extrema han encontrado una y otra vez. Buena banda, muy violenta en lo musical, con intérpretes de primer nivel internacional y siempre, pero siempre con producciones impecables dotando a sus discos de un sonido de excelencia. Sin embargo, en lo compositivo, si bien todos los discos anteriores a este me entretienen bastante, todos me resultan un poco genéricos.
Cuando supe que mi adorado Kevin Sharp se iba a hacer cargo del micrófono, una sonrisa se dibujó en mi rostro. El otrora cantante de Brutal Truth y también cantante de Venomous Concept, es uno de mis favoritos dentro del mundillo del ruido extremo, y su personalidad, a mi parecer, iba a dotar al grupo de una frescura absolutamente necesaria. A eso le sumemos que sus compañeros de banda no son ningunos mediocres ¿ok? Shane Embury, Nicholas Barker y Anton Reisenegger no necesitan presentación, sinceramente. Así fue que me predispuse a escuchar el cuarto disco full de este supergrupo con total entusiasmo y entrega, esperando algo más que la consabida turba de riffs candentes y blast beats perfectos.
Vale decir que mi sonrisa se desdibujó en los primeros minutos del disco. El entusiasmo cedió su lugar a una incómoda sensación de estar ante algo que no esperaba: un nuevo disco lleno de canciones genéricas. Muy bien ejecutadas, con un sonido de calidad innegable, y para nada malas las canciones, pero demasiado lineales para ser quienes son. Por suerte, esta sensación duró bien poco. Los tres primeros temas me dejaron con sabor a poco, como si todo estuviera en el mismo lugar que antes, o mejor dicho, provocándome las mismas sensaciones de antaño. Pero llega el track que da nombre al disco y todo comienza a cambiar. Lo más interesante del caso es que "Demonization" (la canción) suena más cerca de Ministry que de una banda de Grindcore. ¿Importa? No, lo que importa es que hay un quiebre con y desde ésta pieza.
Todo lo que viene luego van in crescendo, y termina siendo impresionante. Pasan dos pistas más luego del track que lleva el nombre de la placa, y de golpe aparece el slayeriano "Instruments of Armageddon", otro de los puntos altos del disco. Y ahí el álbum explota y su onda expansiva llega hasta el final del disco. Todo lo que viene de ahí en más es un infierno sobre ruedas, un vendaval de Grindcore de primer nivel, tocado por tipos a los cuales les sobra calidad como para hacer discos descomunales siempre.
Obvio, al finalizar el disco mi sonrisa volvió a ocupar mi rostro. De la mueca de desilusión que apareció ocasionalmente en mi rostro a la expresión de alegría inconmensurable, y todo en cuestión de minutos. Tres tracks poco atractivos al comienzo del disco (aunque muy intensos, por supuesto), amenazando con transformar a "Demonization" en un disco del montón. Pero todo queda ahí, pues desde el cuarto tema en adelante la placa se convierte en un tornado que no da respiro. O sea que el álbum en sí termina siendo justamente lo que esperaba de ellos. De hecho, y por primera vez en los casi 20 años de vida que tiene este dream team, debo decir que Embury y los suyos han hecho un discazo. Los anteriores son muy agradables para mi oído, y nada más (Bueno, "Hate Breeds Suffering" me gusta, debo confesarlo). "Demonization" me aplasta, ahí está la diferencia. ¿Si Sharp tuvo algo que ver con todo esto? Ni idea. Pero lo adoro.

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