sábado, 19 de marzo de 2016

Tsar Bomb - Exterminans IX:XI


Año: 2015
Sello: Cimmerian Shade Recordings
País de origen: España

Tsar Bomb es el sobrenombre que se le dio a una bomba nuclear soviética, y que, según he leído, es hasta la fecha, la bomba nuclear más devastadora que jamás se haya detonado. Con todo esto, uno debería suponer que Tsar Bomb, la banda, es igual de devastadora que dicha bomba o, mejor dicho, su equivalente musical. Pues no lo es, aunque lo intentan en algunos aspectos. Voy a explayarme con mayor claridad.
Lo que hace este dúo español es atronar al oyente con blast beats (programados por ambos integrantes) que no dan un puto respiro en los casi 41 minutos que dura el disco. En ese aspecto, la banda es realmente explosiva pues la faceta rítmica es demoledora, aunque alguno pueda objetar que la batería es programada; seamos sinceros, sea humana o programada, una batería puede sonar aplastante o blanda como el algodón, según el tratamiento que se le dé. Estos muchachos parecen tener bastante claro cómo manejar la cuestión, así que se llevan un punto a favor con el tema ritmos y el sonido del mismo. Pero fallan en un detalle nada menor: son monótonos. Aun cuando hay shredding usado con sapiencia, aun cuando hay tendencia a incorporar elementos sinfónicos de manera ocasional, y aun cuando la atmósfera bélica está manejada de manera tal que uno puede imaginar un bombardeo implacable y casi incesante mientras escucha la placa, lo concreto es que en la parte compositiva faltan variantes para que la intensidad se sostenga y mantenga el poder pretendido. Es decir, cuando las canciones tienden a repetir patrones, toda esa explosividad que uno encuentra al comienzo del disco, puede decaer si no se le dan variantes que le aporten dinamismo a la cuestión. Hay poca movilidad y demasiada energía enfocada en un rumbo fijo, pero de márgenes estrechos.
Mas, no hay que caerle duro a esta banda, los tipos son buenos intérpretes y meten cosas que resultan ser tan violentas como atractivas. Así como la ausencia de variantes perjudica (en parte) al resultado final, también hay que reconocerles que son muy buenos en la creación y dominio de las atmósferas, que no erran nin una nota ni nada, y que el trabajo de producción es encomiable, aunque hay pasajes que exigen un sonido menos inhumano y sí más orgánico, más natural. Pero los tipos saben cómo quieren sonar, qué quieren hacer, y van a por ello sin titubear. Eso se termina traduciendo en canciones que vomitan velocidad y violencia a granel, dejando al grupo bien parado en este, su segundo disco full.
Repito, sería bueno que Ocram (voz y programación de batería) e Iván (guitarra, bajo y programación) encuentren la veta para introducir más variedad dentro de su música. Si logran eso, darán un salto de calidad que los beneficiará ampliamente. Tienen con qué lograrlo, no hay dudas de ello.

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The Metal Detector

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