Año: 2015
Sello: Autoproducido
País de origen: Suecia
Hay cosas que uno puede intuir que no le van a gustar o, como mínimo, que no van a encajar dentro del gusto personal de uno. Cuando leí la gacetilla de prensa que acompaña al primer disco de esta banda de Hamlstad, Suecia, esperé lo peor. Reconocen influencias de Soilwork y Killswitch Engage, dos bandas que me aburren hasta la exasperación, por ende, el estilo que practican está a mitad de camino entre el Melodic Death y el Metalcore, dos estilos que no se encuentran entre mis favoritos. Mi predisposición no era la mejor, a decir verdad. Pero los prejuicios no deben ser parte del oyente al momento de escuchar un disco al cual hay que reseñar, siempre hay que tratar de despojarse de los mismos y encarar la escucha y la posterior reseña. Aunque cueste, hay que hacerlo. Así que escuché el debut discográfico de Aktaion luchando contra mis propios prejuicios, buscando prestar atención a cada detalle sin incurrir en el error de permitir que mi mala relación con ambos subgéneros haga mella en mi perspectiva al instante de escuchar el disco.
Creo que tomé la decisión correcta, pues de haber escuchado "Throne" desde el cómodo lugar del prejuicio no habría prestado atención a los detalles interesantes que encontré en este álbum. Aclaro que dije detalles, ya que el álbum completo no me llama la atención. Demasiados lugares comunes en los que estos suecos caen una y otra vez, hacen de "Throne" un disco bastante predecible por momentos. Pero, repito, hay detalles que merecen ser resaltados.
Algunos estribillos melódicos apestan, sinceramente, sobrecargados de ese edulcorado manejo de la melodía que poseen las bandas norteamericanos de Metalcore y que a mí me hace pensar que me está por dar un ataque de diabetes. Pero hay otros arreglos melódicos como por ejemplo, el estribillo del track que abre la placa ("M.A.D. Ass of a Catfish"), el riff a lo Pantera de "Prison Walls", la combinación de riffs melódicos típicos de la escuela de Gothenburg con el groove netamente norteamericano y el muy buen sonido logrado en la grabación, son los detalles que uno no puede ignorar y que son los que, a fin de cuentas, suman puntos a favor del grupo. En particular el sonido, tan poderoso como claro, hi-fi usado en beneficio del grupo, es la raíz de todo lo bueno que escuchamos aquí. Si no hubieran tenido una producción tan acertada, ninguna de las virtudes que poseen estos suecos podrían haberse reconocido entre tanta repetición de clichés. Y esto último (la repetición de clichés) es un serio problema porque pone a Aktaion en una situación difícil, si lo que buscan es destacarse entre tantas bandas del mismo estilo. No hay manera de no compararlos con otros grupos similares, tienen las mismas características compositivas y hacen uso de todos los elementos que conocemos, elementos que de tan quemados que están, no merecen ser nombrados porque sería redundante.
Lo que sí debo reconocer es que tienen un acercamiento al Metal Progresivo, leve pero perceptible, que les permite incorporar arreglos complejos y refinados que abren el horizonte compositivo de Aktaion. Es algo pequeño, pero que si saben explotar con mayor y mejor efectividad, les puede dar la posibilidad de convertirse en un grupo mucho mejor, más sólido y poderoso. Esto se puede notar en la particular versión de "Blinded by Blood" de Ulver, aquí titulada "Thousands", uno de los momentos más logrados en un disco demasiado genérico para mi gusto, pero al cual le encuentro pasajes interesantes.
Al final del día ¿pude dejar mis prejuicios de lado? En parte sí, lo hice. Me cuesta abandonarlos por completo cuando se trata de estilos que no me conmueven (aunque, en el caso del Melodic Death, sigo disfrutando mucho de aquellos clásicos de los 90s), pero lo logré, pude abandonarlos y ponerme en la piel de alguien que puede escuchar todo tipo de música sin trabas. De no ser así, probablemente no hubiera escuchado ni la mitad del álbum al cual no puedo calificar ni de manera positiva, ni de manera negativa. Digamos que para este servidor, "Throne" tiene todo eso, aunque los momentos positivos, siendo pocos, son dignos de ser apreciados.
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