martes, 27 de octubre de 2015

Shit Fucking Shit - Life of Excess


Año: 2015
Sello: Murder Records (en colaboración con varios sellos que distribuyen el álbum oficialmente)
País de origen: Italia

Vaya cambio el de esta banda grinder italiana que ya supiéramos reseñar aquí. Bueno, también entrevistamos a Sandro, alma mater de SFS. Pero esa es otra historia. Lo importante aquí y ahora es este trabajo del trío italiano que comenzó como una one man band que destrozaba tímpanos con su Noisecore insano, editando discos de remixes y delirios electrónicos que estaban más cerca del Noise que del Core. Pero resulta que hubo un cambio, y hoy Shit Fucking Shit es un grupo de puro y retorcido Grindcore. Sí, sigue habiendo esos arrebatos de Noisecore alocado, tal es el caso de tracks como "Tazza a Muro"; pero lo que predomina es el formato grinder directo, de riffs simples y ritmos trepidantes, y, claro está, voces guturales. Por momentos me recuerdan a Agathocles, pero en ningún momento se parecen demasiado a nadie. Es decir, usan estructuras harto conocidas, pero las usan a su manera, sin prejuicios ni compromisos con nadie. En otras palabras, hacen lo que quieren y a la mierda con todos. Será por eso que "Life of Excess" es un disco tan crudo e intenso, porque acá nada está hecho de manera calculada; todo suena fresco, como si hubieran compuesto estos disparos letales en cuestión de minutos. Mejor, dicho, minutos antes de entrar al estudio de grabación. Y esa postura descontracturada, ese estado tan natural de las cosas, tiene su raíz en algo llamado Punk. Sí, SFS suenan muy punkies en este disco. Y cuando digo punkies, lo hago pensando en las bestiales bandas de Hardcore Punk surgidas en Italia en los 80s (Raw Power a la cabeza). Además, joder, estamos hablando de Grindcore, por lo que resulta absolutamente normal que en medio de la conversación surja la palabra Punk.
¿El disco en sí mismo? Podrido, crudo, sin complicaciones, directo al hueso. Canciones como "Pus-Sy" (mi gran favorita junto a "Gatto Castrato"), la que da nombre al disco, "Spicy Hot Baby Soup" y su gancho pervertido, y la lista sigue. Sin ser un gran disco, a "Life of Excess" le sobran buenos momentos.
El formato de trío le cae muy bien al grupo, la música del grupo encuentra su cauce natural en este formato grupal, y las canciones que integran el disco sirven como prueba de lo que digo. Repito, "Life of Excess" no es una obra maestra, pero es lo que un buen disco de Grindcore debe ser: un atentado contra el sistema nervioso central.

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