lunes, 22 de junio de 2015

Black Capricorn - Cult Of Black Friars


Año: 2014
Sello: Stone Stallion Rex / Funeral Industries
País de origen: Italia

Este es uno de esos discos que te golpean sorpresivamente de entrada, y que luego te dejan desconcertado. ¿Por qué digo esto? Miren, sucede lo siguiente. El tercer disco de Black Capricorn comienza muy, pero muy bien. "Atomiun", la canción que abre el disco, te abofetea y te deja mareado, pues el riff y el sonido de la guitarra es realmente devastador. En dicha canción, el trío suena como si un temblor sacudiera al mundo entero, mientras todo se derrite a nuestro alrededor bajo llamas infernales gigantescas. No hay voces, es una composición instrumental, pero es el comienzo perfecto para un disco que promete ser muy oscuro. Mas luego esa sensación del comienzo se desvanece lentamente, hasta desaparecer. Sí, el disco sigue siendo oscuro, místico y volado, sin lugar a dudas. De hecho, así son las cosas hasta el final del disco. Pero empiezan a aparecer fallas en las ejecuciones, desfasajes entre la base y la guitarra (más precisamente, hay falta de sincronización entre la batería y el resto, y esto sucede en momentos puntuales del disco). Las composiciones hacen gala de una crudeza que dota a la música de una dureza imposible de no notar. Pero esa misma crudeza se hace presente en la manera de tocar del trío, y, en algunos instantes, les juega en contra.
Riffs sencillos y bases lentas (y sencillas también) prevalecen en toda la placa, argumentos que usan para dar forma a algunas canciones interesantes -"Hammer Of The Witches" a la cabeza- en las que podemos apreciar las virtudes de la banda de Cagliari. Pero esas mismas formas utilizadas en los mejores momentos del disco, son las que usan en los instantes más flojos. O sea, se repiten todo el tiempo, acertando o errando, no se salen del libreto. ¿Resultado? El disco se hace largo, sensación que se potencia por culpa de las fallas instrumentales mencionadas anteriormente.
Influencias de Black Sabbath, mitología, horror en la vena de la Hammer (la productora de films de terror), magia y todos los clichés propios del Doom. Nada está fuera de su lugar, si nos atenemos a lo que es el formato más tradicional del Doom. Pero hay demasiadas fallas, algo inconcebible en un grupo que ya lleva 3 discos full sobre sus espaldas. Virginia (bajo), Rakela (batería) y Kjxu (voz y guitarra, y único miembro masculino en el grupo) demuestran que conocen al dedillo todos los yeites y características del Doom. Pero comenten errores que, ocasionalmente, son compensados con la energía y la pesadez que se desprende de sus composiciones. Sin embargo, con esto no alcanza. Es necesario que maduren, es muy necesario que eso suceda. Tienen con qué, sólo les falta hacerlo. De lo contrario, no le veo mucho futuro a Black Capricorn.

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