lunes, 2 de febrero de 2015

Ingurgitating Oblivion - Continuum of Absence


Año: 2014
Sello: Willowtip Records
País de origen: Alemania

Esperaba este disco con muchas ganas. Es que pasó demasiado tiempo desde aquel espectacular “Voyage Towards Abhorrence” (9 años, para ser precisos), y las ganas de escuchar al sucesor de aquel gran disco se acrecentaban a medida que el tiempo de edición se dilataba. Bien, “Continuum Of Absence” ya está en las calles desde septiembre del año pasado, ya lo escuché muchas veces, y ya tengo una opinión bastante clara de lo que es esta obra para mí. No sabría decir si es mejor, igual o si está por debajo (en cuanto a calidad) de su antecesor. Pero de algo no tengo dudas: estamos en presencia de un muy buen disco. Tan retorcido, complejo y desestabilizador como cabía de esperarse, los germanos nos entregan una obra que se mueve y devora cual agujero negro, hundiendo al oyente en un turbulento abismo, donde la luz son apenas destellos que enceguecen, pero que prontamente se disuelven en una oscuridad fría y vacía. Ritmos que desafían el concepto de simetría, métricas que enloquecen. Estructuras armónicas esquizoides pero refinadas, que no por ello pierden la condición esencial de toda banda de Death Metal que se precie de serlo: la brutalidad. Voces que explotan en la nada y viajan en el espacio retumbando con furia y locura; la locura de aquel que se sabe rodeado de nada, la nada absoluta y continua. Y composiciones que pegan en los lugares en donde el oyente no se espera el golpe, como sucede con canciones como “Eternal Quiescence”, “Descent to the Temple” y “Stupendous, Featureless, Still”, todas perfectas demostraciones de lo que son capaces estos tipos.
Músicos de nivel superlativo, la participación de Lille Gruber (Defeated Sanity) metiendo un solo en el track número 4, un sonido envolvente, y una obra que permite saciar mi sed de Ingurgitating Oblivion por un tiempo más, hasta que la continuación de este muy buen disco nos atrape y nos mantenga en vilo hasta la próxima edición, y así hasta que Sascha Hermersdorf y sus compañeros decidan ponerle punto final a esta alocada experiencia llamada Ingurgitating Oblivion.
    



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