Año: 2014
Sello: Arachnophobia Records
País de origen: Polonia
Uno de los tantos buenos discos que se lanzaron en la
segunda mitad del 2014. Casi sobre el final del año, mejor dicho, pues este
disco debut de Eerie salió a la calle en diciembre de dicho año. Y salió justo
en el momento en el que yo estaba escuchando mucho Black Metal de nuevo, tras
unos cuantos meses sin darle mucha bola al género. Es que no encontraba mucho
para destacar a principios de año, mucho Black Metal genérico de un lado, y
muchos hipsters haciendo algo similar al Black del otro. Promediando el año fue
que se volvió a despertar mi pasión por el Black Metal (siempre me pasa esto de
alejarme un poco de algo, para luego retornar con más ganas), y este disco fue
una buena manera de finalizar el año escuchando Black Metal. Finalizar un año y
comenzar otro, pues, una vez comenzado el año, seguí escuchando este buen
disco. Y lo de buen disco viene por varias razones. Una es que, indudablemente,
estos polacos saben muy bien qué y cómo hacer lo que hacen, y eso no es poca
cosa. Saben combinar elementos, unir la furia con la sensibilidad para saber
qué hacer, y en qué momento hacerlo, y en esa sensibilidad reside la capacidad
para hacer uso de la melodía. Eso sí, melodía, en este caso, no significa que
lo hagan de manera melosa, ni pomposa, ni virtuosa: lo hacen de manera épica,
emotiva, dotando a las canciones de esa profundidad de la que hablé antes.
Pero, básicamente, esto es Black Metal, y todo lo que debe estar en un buen
disco del estilo en cuestión. O sea que tenemos riffs diabólicos, pero no
carentes de esa majestuosidad tan propia del género. Hay blast beats, voces
desgarradas, cambios de ritmo que hacen pensar en la marcha de un ejército,
para luego volver a la velocidad impiadosa. Hay atmósferas frías, pero también
hay momentos de incandescencia infernal que incitan a destruir todo. Y hay muy
buenas canciones, como la que da nombre al disco, o bien “Of Descending Moon”,
ambas piezas fundamentales en este álbum de 4 tracks que están unidos por un
espíritu indivisible, lo cual le da al disco una cohesión que lo favorece
ampliamente.
Tengo la sensación de que estamos antes una banda que, tarde
o temprano, va a lanzar un gran disco. Quizás me equivoque, quizás no, pero esa
es la sensación que me ha quedado tras escuchar –varias veces- este muy, pero
muy interesante disco debut de Eerie.
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