Año: 2014
Sello: Old Temple (lanzado originalmente en 2013 por el
sello Exhumed From The Grave)
País de origen: Chile
Sanguinario. Prepotente. Bestial. Kratherion son una
blasfemia viviente, una oda a lo malvado y repulsivo. Profanan todo lo que es
sagrado y lo hacen de la manera más violenta posible: tocando un Black Metal
inhumano. Un verdadero culto a la fealdad, a lo podrido y vicioso, Kratherion
vomitan 9 canciones en donde reina la violencia, canciones que son un reguero
de sangre. Sangre de sacrificio, de ritual anticristiano ofrendando sangre
cristiana a La Bestia. Músicos
de Ammit y Slaughtbbath son los que están a cargo del derramamiento de sangre,
y lo hacen con la pericia de los que saben. En especial Negro, un baterista
despiadado que mete blast beats atronadores, sirviendo de sostén para que los
demás integrantes lleven a cabo la masacre sonora. Personalmente, me recuerdan
a bandas como Morbosidad, Abhorer y Beherit; así de blasfemos y brutales, así
de jodidos y oscuros. “Mantra Lucifer Flagelantes” no es un disco genial, pero
tampoco creo que esté en los planes de estos animales hacerlo así. Acá hay
otras intenciones, a mi parecer, otra búsqueda: la de aniquilar al débil (a
aquel al que ellos consideran como débil, en todo caso), la de glorificar a
todo aquello que es profano, la de provocar un caos de dimensiones épicas con
su música. Lo logran? Sí, aunque no sé en qué medida, pues, luego de escuchar
este disco por enésima vez, me siento algo aturdido. Es que Kratherion
bombardean, sus composiciones van más allá de lo meramente musical: es un
ataque. Y en ese ámbito de odio y blasfemia, canciones como “Necrópolis Natal”
y “Combustión Espontánea del Espíritu Santo” se erigen como lo más destacable
en un disco demasiado parejo como para encontrar puntos sobresalientes. Cómo
sea, haya o no momentos mejores que otros, el disco en sí se mueve como un
bloque, no como un puñado de partes unidas. Eso, y la extrema violencia que se
desprende del álbum entero, son los aspectos que más resaltan, sin importar
cuántas oídas le pegues al disco. Avisados están.
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