Año: 2014
Sello: Selfmadegod Records
País de origen: Suecia
El viejo e incansable Rogga Johansson y otro
de sus tantos proyectos. Ahora le toca el turno al cuarto disco de Those Who
Bring The Torture, dúo en el cual cuenta con el apoyo de su compañero en
Paganizer Dennis Blomberg. Por si no conocen a esta banda, les cuento que la
historia arrancó allá por al año 2007, tocando un Death/Grind simple pero
furioso, con ciertas reminiscencias de Lock Up. Pero en el año 2010, y tras
haber grabado 2 discos, la banda se separó, para volver 2 años más tarde, ya
con Rogga como único miembro original. A partir de ahí la música del grupo fue
mutando, hasta llegar a este “Pilling Up”, full lenght en el cual encontramos a
una banda muy cambiada respecto a lo que hacían en sus comienzos. Mucho más
cerca de Desultory, e incluso del Unleashed de los tiempos de álbumes como
“Victory” o “Warrior” que del Death/Grind que practicaban en sus comienzos,
este grupo apunta más a crear y recrear atmósferas épicas en lugar de las canciones
en las que la muerte, la tortura y el Gore estaban en todo, no sólo en las
líricas. Ahora predominan los riffs llenos de melodía, los climas
grandilocuentes (dentro de lo que es la música del grupo, tengamos siempre en
vista el contexto) y los ritmos marchosos y firmes, habitualmente
medios-tempos. Por supuesto, todo esto se encuentra dentro de un panorama
claramente signado por el género favorito de Rogga: el Death Metal. O sea que
aquí hay, como en todo lo que él hace, voces guturales, guitarras afinadas en
una tonalidad baja, un sonido gordo y estridente, y muerte, mucha muerte.
Como es costumbre ya, el sueco (y su colega,
no nos olvidemos del bueno de Dennis, quien realiza un trabajo encomiable) se
despacha con un puñado de canciones simples y directas, conformando un trabajo
breve (casi 40 minutos), homogéneo e intenso, aunque carente de sorpresas o
grandes momentos. “Pilling Up” es un álbum agradable, bien tocado, bien
grabado, y con 10 tracks que no aburren en ningún momento, pero que tampoco son
para enloquecer. De cualquier manera, y tratándose de Rogga, lo valioso pasa
por su actitud y su personalidad, siempre inherente a sus obras.
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